Tienen su propio “cuartel” (la sala ECYD), grados de ascensos que obtienen con obras de piedad y acciones litúrgicas que les van otorgando puntos y se ven reflejados en las insignias que portan en su polera oficial. Así es este club de apóstoles de Jesús, en que visitar a Jesucristo en la Capilla o vivir con amor sus compromisos diarios es muy bien valorado.
Este apostolado del Regnum Christi está en varios países. En Colina se retomó este año y ha sido todo un éxito. En él participan más de 30 niños de cuarto y quinto básico, quienes buscan servir a Cristo en el altar. Se trata más bien de una comunidad de jóvenes apóstoles al servicio de Jesús, por medio del acolitado. “Participar en los Caballeros del Altar significa poder llevar una vida cristiana más activa junto con mis compañeros”, explica Cristóbal Martin.
Su objetivo principal es crear ambientes en los que los niños puedan divertirse, aprender, crecer y experimentar en todo el amor de Dios, que les llama a ser protagonistas en estos tiempos de cambio. Los amores de un caballero del altar son cinco: a Cristo, María, a la Iglesia, al Papa y a todas las almas. ”Nos turnamos para ser acólitos en las misas del colegio y así me gusta más participar en ellas”, comenta Cristóbal. Su mamá, Catalina Hasenberg, ya ha visto cómo este apostolado ha influido en su hijo: “Los niños están super motivados con las actividades de los Caballeros del Altar y han aprendido mucho. Ahora son ellos los que quieren ir a misa y llegar lo antes posible”, destaca.