Carola Infante CRC participó, en representación del Regnum Christi, en una semana de estudio sobre este tema organizado por la Universidad de la Santa Croce, en Roma. “Había un deseo de aprender, de mejorar, de corregir lo que hay que enmendar, de buscar lo que Dios quiere, de iluminar inquietudes”, afirma.
El evento se desarrolló del 30 de enero al 3 de febrero, en la ciudad eterna. Participaron más de 250 personas de diferentes realidades eclesiales: Focolares, Camino Neocatecumenal, Opus Dei, Comunidad L Emmanuel, entre otras organizaciones eclesiásticas. También estuvo presente el cardenal Kevin Farrel, prefecto del Dicasterio para los Licos, la Familia y la Vida. “Había un deseo de aprender, de mejorar, de corregir lo que hay que enmendar, de buscar lo que Dios quiere, de iluminar inquietudes”, afirma.
Las reflexiones giraron en torno a los retos que hay sobre el tema del acompañamiento espiritual al interior de la Iglesia, conocido también como “dirección espiritual” ya que abarca un sentido más amplio. “Me alegró ver que los pasos que vamos dando en el Regnum Christi son adecuados”, destaca. Al mismo tiempo, explica que pudo reconocer aspectos en los cuales hay que seguir creciendo, aprendiendo y madurando “para que el acompañamiento, algo tan propio de nuestro carisma, aporte más y mejor a la madurez cristiana y humana de cada persona”.
Carola explica que este servicio pastoral busca acompañar a otros en su camino de seguimiento de Cristo. “Acompañar a la persona hacia una madurez espiritual y humana, que la haga ser “discípulo misionero” en el mundo”, comenta. Agrega que “había un deseo de aprender, de mejorar, de corregir lo que hay que enmendar, de buscar lo que Dios quiere, de iluminar inquietudes”.
Carola comenta que una de las líneas de fondo, que se repitió, fue el respeto a la libertad de cada persona y el amor desinteresado que se debe tener hacia el otro. “En especial hacia quienes depositan su confianza para ser guiados y acompañados en su vida cristiana: ser imitadores de la delicadeza, el amor y el respeto a la libertad que tiene Dios hacia sus hijos”.
Para Carola fue esperanzador ver a muchos seglares, de distintos movimientos, comprometidos con el acompañamiento espiritual de sus hermanos, llamados a servir a otros a través de este ministerio. “Fue constatar que, para ser acompañante espiritual, más que una vocación particular (sacerdote, persona consagrada), es necesario un carisma personal, un llamado interior a ser “hermano mayor en la fe” que, caminando con otro, le acompaña en el discernimiento, buscando el querer de Dios y su respuesta personal a su amor, además de la necesidad de formarse continuamente para ello”, añade.
El último día del semanario, los miembros del Regnum Christi que participaron en él, tuvieron un encuentro para compartir la experiencia y sacar algunas conclusiones para “seguir madurando y mejorando en este aspecto tan presente en nuestro carisma”, puntualiza.