El Padre John, quien lleva 32 años en la Legión, nos habla en esta entrevista de ser una Iglesia en salida, tal como nos pidió el Papa Francisco; de formar jóvenes que quieran ser santos, y de la importante misión que tienen los colegios del RC en Chile y en el mundo.
El Padre John Connor nació en Severna Park, Maryland, en Estados Unidos e ingresó a los 23 años al noviciado de los Legionarios de Cristo. “Conocí a la Legión por medio de mi hermano, quien conoció a varios legionarios en Roma. Por ese encuentro, él empezó su propio discernimiento y, obviamente, nuestra familia conoció a la Legión y, gracias a Dios, un año después, yo también seguí sus pasos”. Lo más impresionante vendría después: el 2 de enero de 2001 se ordenó sacerdote junto a su hermano Martin.
¿Qué le atrajo de los Legionarios de Cristo y del Regnum Christi que lo llevó a vivir su vocación sacerdotal al interior de la Congregación?
Viví en Irlanda un año antes de entrar, trabajando por la Legión, en la academia de Dublin Oak, y conviviendo mucho con los hermanos novicios y los padres. Me impactó mucho su vida eucarística, de oración, disciplina, una vida feliz y alegre, pero muy seria en cuanto a sus compromisos con la vida religiosa.
En segundo lugar, me impactó mucho su pasión por la misión y su estrategia apostólica de transformar la sociedad por medio de la formación de laicos en diferentes campos. Me encantó la idea de sacerdotes y laicos evangelizando juntos para extender el Reino de Cristo.
A lo largo de mi formación y de mi sacerdocio, estos aspectos fueron esenciales, pero, además, me ayudaron a perseverar y crecer espiritualmente algunos otros que los veo muy importantes. Algo que siempre me ha ayudado ha sido la cercanía con mis superiores. Me ayudó tener esa guía en mi vida junto a una dirección espiritual que, gracias a Dios, me ayudó en los momentos más difíciles. También quiero destacar los ejercicios espirituales anuales, un hábito fundamental y una gracia enorme en nuestra vida poder tener esos ochos días de silencio, de ejercicios ignacianos que ayudan a renovar el compromiso con Jesucristo como religioso y sacerdote, todo orientado para ser otro Cristo.
¿Qué significa para usted el Regnum Christi?
Ser miembro del Regnum Christi es ser de corazón un misionero y apóstol de Jesucristo en todo aspecto de su vida, no sólo en su vida personal, sino también frente a la familia, los hijos, con sus amigos, en la oficina, etc. Es buscar cómo puedo comunicar la fe y el amor de Jesucristo a los que tengo a mi lado e inspirarles a participar en la misión de evangelización.
¿Cómo evalúa el rol que está teniendo el Regnum Christi en la evangelización de nuestro territorio?
Primero, el Regnum Christi quiere formar para la Iglesia hombres y mujeres que quieren evangelizar, es decir, apóstoles. El Papa nos está pidiendo ser una Iglesia en salida y eso es exactamente lo que el Regnum Christi es en Chile. Estamos formando con impulso y entusiasmo, apóstoles, personas que están en salida.
En segundo lugar, los colegios, que están ofreciendo a la Iglesia jóvenes y familias formadas, deben dar una atención personal para fomentar una relación personal con Jesucristo. Deben procurar que los alumnos sean jóvenes íntegros, que reciban una formación integral, es decir, espiritual, humana, apostólica, intelectual y que sean éstos los apóstoles. Los colegios nos ofrecen una gran oportunidad de formar apóstoles con más profundidad, porque los jóvenes están con nosotros durante doce años y eso es un gran servicio que el Regnum Christi puede ofrecer en Chile.
Chile tiene indicadores más parecidos a países europeos en cuanto a la secularización de nuestra sociedad, para usted que viene de Italia y conoce la realidad de más países de ese continente ¿Cómo se expande el Reino de Cristo en sociedades más agnóstica o con menos sentido de transcendencia? ¿qué rol tienen en ello los legionarios de Cristo?
Creo que hoy en día lo que las personas necesitan, sean jóvenes o adultos, es ver en los cristianos hombres y mujeres auténticos, que viven su fe, la caridad cristiana, el servicio humilde y generoso. Creo que una experiencia de vida cristiana auténtica es el modo de evangelizar a Europa o cualquier parte del mundo ahora. Y eso es justamente lo que se propone el Regnum Christi: formar hombres y mujeres que viven el evangelio con coherencia y ojalá que en los países que estamos en Europa podamos ayudar la Iglesia formando personas así. En Chile también, porque es, en cierto sentido, el mismo ambiente.
¿Cuáles son los principales desafíos que tienen actualmente como congregación y cómo pueden las otras vocaciones del Regnum Christi apoyarlos?
Habrá muchos desafíos según los ámbitos que veamos, pero quisiera resaltar dos: la formación y las vocaciones. El primer gran desafío es de la formación inicial y permanente de los legionarios. Creo que tenemos que seguir intensificando la formación de hombres sólidos en las virtudes y valores cristianos, sacerdotes y religiosos auténticos que buscan la santidad. Ahora, esta no es la única cuestión, sino que, además, tenemos que aprender constantemente a integrar y adaptar nuestra formación para poder evangelizar el mundo de hoy, no el mundo de hace cincuenta años, sino el mundo de hoy, a los jóvenes, hombres y mujeres de hoy. Evidentemente, éste es un trabajo constante, precisamente por eso lo llamamos de formación permanente. En esto, la verdad es que el contacto con las otras vocaciones del Regnum Christi son para nosotros una bendición, su testimonio y la convivencia con otros estados de vida nos ayudan a veces más de los que ellos imaginan, realmente es muy enriquecedor, es una verdadera bendición contar con ellos.
El segundo gran reto que tenemos es el de las vocaciones, contar con suficientes sacerdotes y religiosos para apoyar a la Iglesia y evangelizar por medio del Regnum Christi y nuestras obras apostólicas. Para mí es un gran reto saber si estamos asignando a nuestro personal en las obras apostólicas donde se puede hacer más por Cristo y su Iglesia.
La promoción y pastoral vocacional es algo importantísimo no solo para nosotros, sino para toda la Iglesia. Me gustaría ayudar a la Iglesia a crear una fuerte cultura vocacional e invitar a jóvenes a entregar su vida a Jesucristo, a buscar discernir lo que ellos pueden hacer por Dios, por los hombres y por la sociedad. La santidad es la respuesta fundamental a los problemas de hoy y eso es lo que necesita Cristo y su Iglesia. En este sentido, ya no es una tarea solamente de la Legión, sino de todo el Regnum Christi, ayudar, a través de nuestro apostolado, a crear esta cultura vocacional en la Iglesia.
¿Qué valor, o característica ve que es propia del Regnum Christi en nuestro territorio?
Chile tiene una historia eclesial de amor a la Iglesia, a la Virgen y a Jesucristo, pero hoy tiene que renovar este gran amor. Sí, renovar la cultura cristiana católica chilena, que ha habido durante décadas y que ha dado a la Iglesia tantas familias tan buenas llenas de fe y santidad de vida. Yo creo que, en muchos lugares, hay que renovar la cultura católica cristiana que ha dado vida a tantos colegios, universidades, hospitales, servicios sociales, que son de la Iglesia. Es en la renovación de la cultura donde tiene el Regnum Christi de Chile su principal tarea.
¿Qué ha significado para usted ser miembro del Colegio Directivo General de la Federación del Regnum Christi en sus inicios?
Para mí ha sido un privilegio iniciar este proceso de un nuevo gobierno colegial, trabajando juntos para asegurar que estamos cumpliendo la misión del Regnum Christi. Es muy sano trabajar, gobernar y buscar el camino juntos. Valoro mucho los dones de cada uno. Creo que el Espíritu Santo sabe lo que necesitamos y ser parte del Colegio me ha ayudado a crecer personalmente, abrirme a nuevas ideas, perspectivas y modos de acompañar a las personas. Me ha gustado mucho acompañar a los territorios en los Colegios Territoriales a buscar respuestas a sus retos y trabajar juntos en la colaboración para el bien del Regnum Christi.
¿Qué espera, como miembro del Colegio Directivo General, de la próxima Convención General del Regnum Christi?
Espero que salgamos de la Convención con un gran entusiasmo por la misión. Tiene que ser nuestro deseo, proveer la formación necesaria para hacer de nuestros miembros unos verdaderos apóstoles. Vamos a ver los grandes temas a nivel territorial y luego a nivel general.
Pero todos los temas, sea el trabajo con jóvenes, matrimonios o la pastoral vocacional, deben orientarse a buscar las respuestas de cómo vamos a cumplir la misión con más eficacia, comunión y pasión por Cristo y la Iglesia. La Iglesia necesita un Regnum Christi apasionado por la misión de formar apóstoles de Jesucristo.