164 jóvenes se trasladaron, en diferentes grupos, hasta La Calera y Valparaíso, en el caso de las mujeres y a los alrededores de San Felipe, los hombres. La gran mayoría eran alumnos de enseñanza media del Colegio Cumbres.
Puerta a puerta, colaborar en la organización de las ceremonias de Semana Santa como el Vía Crucis y la Vigilia Pascual, fueron parte de las actividades que realizaron.
Algunos testimonios
“Aprendemos, disfrutamos y rezamos con Cristo junto a los amigos. Además, siempre me han encantado estos voluntariados debido a lo que ganamos espiritualmente con Jesús y con la gente del lugar que se visita. Al final, en vez de misionar a los vecinos de la localidad visitada, son ellos los que nos misionan a nosotros. La experiencia es inolvidable, de verdad es que te cambia la forma de ver el mundo y a Cristo”, Andrés Acosta, III medio.
“Me voy con muchos propósitos, aprendizajes e ideas nuevas para seguir creciendo como católica”, Margarita Correa, IV Cumbres.
“Me pareció interesante la diferencia que hubo entre la primera y última misa: el jueves no se llenaba ni un cuarto de la Iglesia y en la del sábado había personas paradas, y esa diferencia fue porque habíamos pasado por todas las casas, y la gente se motivó mucho”, Felipe Correa, II medio.
“Me animé a ir para vivir la Semana Santa de la mejor manera posible. Me quedo con que hay que ser agradecido con lo que uno tiene y en la situación en la que se encuentra, ya que siempre hay alguien que lo está pasando peor”, Juan Pablo Leisewitz, III medio.