
Santiago de Chile, 12 de mayo de 2025 — Con gratitud las consagradas del recién constituido Territorio de Sudamérica celebraron la conclusión de su primera Asamblea Territorial Ordinaria, realizada en Santiago de Chile del 28 de abril al 5 de mayo. Bajo el lema “Enviadas como apóstoles de esperanza”, este encuentro marcó un hito en el camino de configuración territorial, dejando una profunda huella de comunión, discernimiento y esperanza.
Durante estos días, 18 consagradas —seis por oficio y doce por elección— provenientes de nueve comunidades distribuidas en cinco países, vivieron un espacio de encuentro fraterno y espiritual. En un clima de confianza, serenidad y libertad, se experimentaron los cuatro verbos que definen el “modo asamblea”: orar, escuchar, conversar y apreciar.
“Mi experiencia fue muy grata, porque creo que no hablamos desde una perspectiva de ideas o académicas, sino del corazón y de la vida”, compartió Mirla Nasimiento, quien actualmente ejerce su misión en Colombia, reflejando el tono profundo y auténtico que marcó cada jornada.
Un territorio en camino
La Asamblea fue un espacio de reflexión y construcción conjunta. Se abordaron cinco temas clave para el futuro de la Sociedad de Vida Apostólica: la visión para el período 2026–2032, el plan territorial de sostenibilidad, el discernimiento sobre la pobreza, la formación permanente y la revisión de aspectos del derecho propio. Estos temas fueron tratados con apertura y profundidad, en un ambiente impregnado por la presencia del Espíritu Santo.
“Fue muy bonito ver el deseo en todas de ser consagradas. Vernos como una semilla en la Iglesia, en este contexto de Pascua”, expresó Ana Moriel, quien ejerce su apostolado en Venezuela, subrayando el espíritu de renovación que animó el discernimiento colectivo.
Las participantes coincidieron en que esta etapa ha sido una oportunidad para potenciar la riqueza de cada comunidad, abrir el corazón a nuevas realidades y vivir con gratitud, porque todo es don. Se vivió una comunión de corazones, donde la diversidad se transformó en fuente de enriquecimiento mutuo.
“Celebrar esta Asamblea al inicio de nuestro camino como territorio ha sido providencial y sumamente enriquecedor”, afirmaron. La experiencia permitió abrir horizontes, fortalecer el sentido de pertenencia y confirmar que la unidad es posible en medio de la diversidad. “La fuerza de nuestra identidad como territorio trasciende las fronteras físicas, económicas y lingüísticas”, concluyeron.
Una comunión que da esperanza
Uno de los frutos más evidentes fue la vivencia de comunión. “Ver la consonancia que había, cómo hay una unión de deseos, es una prueba de que es una obra de Dios que nos lleva de la mano”, afirmó Sofía Lobeira, encargada territorial del ECYD en Chile-Argentina, destacando la armonía espiritual que se vivió entre las participantes.
La Asamblea fue también un espacio de encuentros y reencuentros, donde se confirmó la certeza del don de la vocación y el deseo de vivirla con madurez, responsabilidad y alegría. “Estoy muy feliz de haber terminado esta Asamblea. Tengo mucha paz porque el camino está marcado por Dios, con mucha esperanza, con el regalo de haber conocido mejor a mis hermanas”, compartió Eva Leal (Brasil).
Muchas expresaron sentirse interpeladas por la vida vivida, admiradas del paso de Dios, y renovadas en su deseo de vivir con grande amor y mucha pequeñez. La decisión de unir los territorios fue vivida con paz y consolación, como una confirmación del Espíritu.
Mirando hacia adelante
Este camino de discernimiento continúa. El siguiente paso será la Asamblea General Ordinaria, que se celebrará en Roma en 2026, y reunirá a consagradas de todo el mundo. Será una nueva oportunidad para seguir escuchando al Espíritu Santo, profundizar en la vivencia del carisma y avanzar juntas en la misión compartida.
Confiadas en la guía de Dios, las consagradas se preparan para hacer realidad el sueño de Dios, con el corazón puesto en lo esencial, los dones al servicio, y una esperanza renovada. Porque cuando la vida se entrega por Él, todo vale la pena.












