Con la de frase de San Francisco de Asís “anda y repara mi Iglesia que está cayendo en ruina” como motivación e inspiración, 130 miembros de la comunidad educativa del colegio Everest participaron en los terceros trabajos del proyecto apostólico Pintando Misión en Curacaví. Del 16 al 19 de agosto cada uno de los voluntarios vivió momentos de intenso trabajo y de profunda reflexión para restaurar varias capillas de la zona, que son pequeños pedazos de alma de la Iglesia de nuestro país, construidas anteriormente por las Cruzadas del Regnum Christi.
El grupo compuesto por alumnos de II° a IV° medio, ex – alumnos, consagradas y laicos consagrados RC repararon seis capillas en la localidad ubicada en la Región Metropolitana. Las capillas que fueron restauradas durante los tres días fueron: San Francisco de Asís, San Pedro, Santa Teresita de Challaco, San Alberto Hurtado, Sagrada Familia y San Isidro de Alhué. Los colaboradores, que fueron recibidos con mucho cariño por cada una de las comunidades, realizaron varias tareas en el lugar: pintaron cada estructura por dentro y por fuera, construyeron bancas para los fieles, decoraron su interior y alrededores con arreglos florales y levantaron grutas para la Virgen María.
Estos tres días no solo fueron un tiempo de mucho trabajo sino que también de profunda reflexión sobre cómo ser un apóstol de Cristo, la pobreza espiritual, la fe, la coherencia y la difícil situación que vive la Iglesia en nuestro país. Para María Gracia Pastore, ex alumna del colegio Everest, “desde el primer día la experiencia se volvió enriquecedora al convivir con personas que antes no conocía y poder escuchar y aprender de sus experiencias. Esto deja una huella tanto en mí como en los demás. El ambiente que se genera con sus conversaciones y reflexiones no se genera en la vida diaria y los consideró fundamentales para crecer como persona. Me ofrecieron la oportunidad de irme como encargada y yo con muy poca experiencia en estos proyectos decidí embarcarme en esta experiencia porque sentía que necesitaba salir de la rutina y quería experimentar y vivir de otro modo el proyecto, en el cual no solo uno se llena espiritualmente, sino que también se te da la oportunidad de convivir con una comunidad. Lo que más me sorprendió de esta experiencia es que uno va con la intención de dar y ayudar, sin embargo uno recibe y se va más lleno y pleno de lo que llego. Mis expectativas fueron sobrepasadas, ya que la sensación de haber dejado tu marca en las personas y la forma en que ellas agradecen tu acción es un sentimiento único que no se da en cualquier instancia y que te deja con ganas de más”.
El proyecto apostólico “Pintando Misión” es liderado y gestionado por el Centro de Alumnos del Colegio Everest para reparar y pintar capillas que originalmente fueron construidas en distintas zonas del país en la Cruzada anual del Regnum Christi. El año pasado cerca de 120 miembros de la comunidad educativa del colegio restauraron siete capillas en la localidad de Pichilemu, ubicada en la VI Región del Libertador General Bernardo O’Higgins.