Pablo Quevedo conoció al Regnum Christi hace 9 años, cuando realizó su práctica profesional como profesor de educación física en el Instituto Zambrano. Durante estos años colaboró con el Regnum Christi en distintos ámbitos, una experiencia que potenció la formación católica que había recibido de su familia. Hace un mes dejó su trabajo como coordinador de acción social en la Universidad Finis Terrae para comenzar en México el Bienio de Formación.
Pablo Andrés Quevedo Valenzuela, ex alumno del Colegio Santa María de Maipú, Licenciado de Educación Física de la Universidad Autónoma de Chile y Estudiante de Psicología de la Universidad Finis Terrae, conoció el Regnum Christi de forma paulatina. Primero en su práctica profesional como Profesor de Educación Física en el Instituto Zambrano, luego colaborando en Red Misión como encargado del Club Faro en los colegios del R.C. en Regiones, y finalmente, unos años más tarde en la Universidad Finis Terrae como Coordinador de Acción Social y donde su Rector, Cristián Nazer, lo invitó a participar en las horas eucarísticas de las secciones de La Dehesa y Piedra Roja.
A fines de abril de 2018, Pablo empezó a tratar el tema de su inquietud vocacional con su director espiritual para que le acompañara en su proceso de discernimiento. Tiempo después decidió ir a vivir con los consagrados en Chile para conocer un poco más de cerca su estilo de vida. Tras esa experiencia decidió hacer el candidatado en México, que consiste en un periodo de tres a cuatro semanas donde pudo profundizar desde la oración y la experiencia diaria, su inquietud vocacional. Hace unos días comenzó el bienio de formación.
¿Qué es el Bienio de Formación? Es una etapa que tiene como finalidad conocer la vida consagrada en el Regnum Christi, adquirir hábitos conforme a ella; además, el Bienio consta de dos años de discernimiento, el primero de los cuales, dedicado exclusivamente a la formación humana y espiritual, y en el segundo puede iniciar actividades académicas y apostólicas. Para Pablo este camino de reflexión vocacional nunca se termina “porque es algo que uno debe ir profundizando en la oración todos los días. En este proceso que estoy viviendo he podido experimentar que la vida de los consagrados es una entrega profunda de sus talentos al servicio de Dios”.
¿Qué mensaje darías a otros jóvenes que pudieran estar sintiendo una inquietud vocacional?
\”Que se acerquen a un consagrado, consagrada o a un sacerdote para hablar sobre este tema. Algo que puede facilitarles mucho el proceso de discernimiento es participar en el ECyD, en las Secciones de Reino o dar un año como colaboradores; considero que son experiencias que les ayudarían mucho\”.