Regnum Christi Chile

TESTIMONIO | Brenda Treviño tras su tiempo como colaboradora en Chile: “Fue una experiencia donde experimenté la riqueza y plenitud espiritual que Cristo quiere entregarme”

Brenda Treviño volvió este mes a México después de una enriquecedora experiencia como colaboradora en nuestro país. No sin antes hacer una invitación a todos los jóvenes que están meditando vivir una experiencia similar de colaboración lejos de su hogar. “No tengan miedo de poner su potencial al servicio de Dios”. En el siguiente testimonio, esta joven nos relata su crecimiento personal, espiritual y apostólico en Chile; el impactó de su sí a servir a Dios y a los demás a tiempo completo y entrega un mensaje para otros jóvenes que tienen la inquietud de transformarse en colaboradores.

Brenda Treviño, mexicana de 23 años de edad, es ex alumna del Instituto San Roberto y estudió psicología clínica en la Universidad de Monterrey. Desde enero de este año colaboró en los colegios Cumbres y La Cruz de Rancagua con alumnas de II°, III° y IV° medio y en la sección de jóvenes de Las Condes.

¿Qué te motivó a dar parte de tu tiempo colaborando con el RC en otro país?

Yo conocí a Cristo a través del movimiento Regnum Christi. Se me presentó como cercano, que es tu amigo y que no hay que temerle. Y cuando uno crece con esta espiritualidad llega un momento donde uno quiere entregar más a los demás para agradecerle a Dios todo lo que me a uno le ha entregado. Que mejor manera de hacerlo que poner mis donde al servicio del movimiento con el cual me siento muy identificada por su espiritualidad, cristo-centrismo y el ser contemplativos y evangelizadores. Me gustaba la idea de donarme a Cristo pero no a través de cualquier voluntariado, sino que a través del mismo Regnum Christi”.

¿Qué es lo que más te gustó de esta experiencia colaborando en Chile?

El reto más grande fue que la espiritualidad de las personas en Chile es mucho más intelectual, a diferencia de México en donde los fieles se dejan guiar más por el sentimiento. Me topé con un país que se cuestiona más las cosas, que es más racionalista y que busca el sentido más fundamentado para seguir a Cristo. Llegar a esa realidad fue un reto que me implicó formarme más para poder responder a las inquietudes de las personas con las que trabajé durante mi periodo de colaboración”.

¿Cómo creciste personal y espiritualmente con esta experiencia en nuestro país?

En lo que más crecí personalmente fue en aprender a ceder, a ser humilde, a tener paciencia, a ser un instrumento de Dios, a darme cuenta que las cosas no siempre van a estar en mis manos y a trabajar con todo tipo de personas en todo tipo de equipos. Y espiritualmente me llevo la importancia de la oración, el permanecer unida a Cristo a través de momentos íntimos con Él”.

¿Cuál sería tu mensaje a otros jóvenes para que se sumaran a esta experiencia de colaboración?

No tengan miedo. Este es un año que ninguna otra experiencia te va a brindar. Creces mucho humana y espiritualmente, donde se aprende de uno mismo y de los demás, y en el que puedes sacar tu potencial y ponerlo al servicio de Dios. Y que nunca vas a saber realmente cuanto Dios te puede llenar, hasta que te vacías de todo lo demás. Una vez que uno toma esa decisión de vaciarse de todo lo demás, de tu país o de tu familia o de tus estudios, puedes experimentar la riqueza y la plenitud espiritual que Cristo quiere entregarte. Y recordar que es no tanto lo que yo pueda hacer, ni lo que yo venga a aportar, porque eso no importa, lo que importa es lo que hizo Cristo, que murió por nosotros y nos quiere regalar un amor eterno. Al final es, ¿cómo yo voy a colaborar con eso? Dejando que Él sea el protagonista”.

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