Una invitación a un retiro espiritual y a incorporarse al ECYD cambió su vida para siempre. Desde entonces, Gerardo González ha colaborado en México, Estados Unidos y Chile acompañando a los jóvenes del movimiento en su formación académica, apostólica y espiritual. El 27 de agosto de este año cumplió 30 años de consagración en el Regnum Christi. ¿Qué significa este aniversario para él? ¿Qué enseñanzas ha dejado su recorrido sirviendo a Cristo? ¿Cómo entiende su vocación en el mundo de hoy? Sus respuestas en la siguiente nota.
Gerardo González conoció el movimiento, entre los 13 y 14 años, cuando fue invitado a formar parte de un grupo de amigos de su colegio que se reunían semanalmente para reflexionar en el Evangelio, hacer actividades entretenidas con deporte y colaborar en varias obras de acción social como visitar orfanatos y asilos de ancianos. Un año después de haberse formado el grupo, me invitaron a incorporarme al ECYD durante un retiro espiritual de fin de semana.
Fue una invitación que cambió su vida para siempre. El 27 de agosto de 1989 este joven mexicano decidió consagrar su vida a Dios en el Regnum Christi. ¿Qué lo motivó a dar este paso tan importante con una vida por delante? Se respuesta es muy sencilla, pero al mismo tiempo muy profunda: “El llamado de Dios a seguirle y a colaborar con Él en su plan de salvación de la humanidad”.
¿Qué recuerdos tienes del momento de tu consagración hace 30 años?
“Tengo excelentes recuerdos del día de mi consagración. Una felicidad y gozo profundo del alma como pocas veces había experimentado en mi vida. Una paz interior que me daba seguridad y certeza de estar haciendo lo correcto y de estar tomando la mejor decisión de mi vida: escogerlo a Él, a Jesucristo Nuestro Señor con totalidad porque esa era su voluntad a pesar de las renuncias implícitas”.
¿Cómo entiendes tu vocación de consagrado en el Regnum Christi y en el mundo de hoy?
“En su fundamento, la entiendo como aprendí de San Juan Pablo II cuando explicaba su vocación personal; es decir, como un don y un misterio de Dios; pero, al mismo tiempo, la entiendo como una vocación específica dentro del plan de salvación de Nuestro Señor que aporta su riqueza particular complementando a la grandeza global del Regnum Christi en el mundo y la Iglesia de hoy”.
¿Qué enseñanzas ha dejado tu recorrido como consagrado en estos 30 años?
“Obviamente las enseñanzas han sido múltiples y de muy distintos tipos, pues hablamos de gran variedad de tiempos, lugares y circunstancias; pero las enseñanzas más relevantes que me ha dejado esta trayectoria recorrida hasta ahora son dos: la primera, que Dios es siempre fiel y siempre está esperando nuestro renovado “sí” libre de todos los días para seguirnos sorprendiendo con su grandeza y amor ilimitado. La segunda, sería constatar el misterio y la grandeza de cada ser humano, independientemente de las naciones, culturas o países en los que viva. El hombre tiene un enorme potencial, pero sólo lo descubre y despliega en plenitud en la medida en que conoce y ama a Jesucristo Nuestro Señor y las enseñanzas que Él nos dejó”.
¿Qué significan para ti estos 30 años de consagrado en el movimiento?
“Significan muchas cosas; pero las más relevantes serían: una profunda gratitud hacia Dios Nuestro Señor por invitarme a esta maravillosa aventura de seguirle como cercano colaborador de su viña. Asimismo, significan grandes satisfacciones por el bien que Dios hace en el alma de muchas personas y, finalmente, significan una sólida confianza en Él por haberme dado la gracia de optar por “la mejor parte” que este mundo puede ofrecer”.
Su acompañamiento a los jóvenes, la nueva federación y un mensaje a la familia RC de Chile
Después de terminar su formación inicial en México, Gerardo se trasladó a Cracovia, Polonia, donde vivió seis meses colaborando con la fundación del Regnum Christi y estableciendo las bases del programa social “World Share”. En 1993 al concluir sus estudios de filosofía en Roma, volvió a Norteamérica para colaborar en las secciones de jóvenes en Ciudad de México (93-96) y del ECYD en Detroit (96-99).
Después de tres años en Estados Unidos, fue designado sub-director del colegio San Javier en Guadalajara donde estuvo hasta mediados del 2000, para después ser transferido al área administrativa de la Universidad Anáhuac Campus Sur. En el año 2004 regresó a Detroit para cubrir diversas funciones en la comunidad, en el Colegio Everest de Clarkston y en la sección del ECYD de Michigan.
En febrero del año 2011 fue transferido a nuestro país donde desarrolló la labor de director del Colegio Everest masculino hasta el 2017. Al término de dos periodos de tres años en la dirección del centro educativo, Gerardo fue transferido al Colegio San Isidro donde colabora hasta el día de hoy en el área formativa. Toda una vida acompañando a los jóvenes del Regnum Christi en su formación académica, apostólica y espiritual.
¿Qué es lo que más te gusta de colaborar con jóvenes?
Me gusta mucho aprender de su grandeza de alma y corazón, sus sueños y grandes aspiraciones; pero también me gusta compartirles la experiencia que he vivido con mi gran amigo Jesucristo y las maravillas implícitas que se encuentran en su seguimiento.
¿Qué rol debieran jugar los jóvenes en la transformación de la Iglesia?
Un rol de gran trascendencia en la oración y en la acción de la Iglesia. Como dijo el Papa Francisco a inicio de año en Panamá: “ustedes jóvenes, son el ahora de Dios” y, por tanto, son quienes ya están transformando a la Iglesia con su vitalidad, iniciativa, creatividad y empuje entusiasta.
¿Qué esperas de esta nueva etapa del Regnum Christi con su nueva estructura de federación?
“Espero que sigamos siendo dóciles y atentos a la voz del Espíritu Santo, para que continuemos aceptando el camino que nos vaya mostrando de la mano de la Iglesia y de María, y que crezcamos en unidad y confianza en nuestras relaciones interpersonales para que seamos mejores testigos de la sabiduría y el amor infinito de Dios hacia la humanidad”.
¿Cuáles es tu mensaje para los miembros del RC en Chile?
“Tendría cuatro puntos breves como mensaje: 1. Agradecerles su fidelidad a Cristo y todo el bien que hacen en favor de la sociedad chilena. 2. Invitarles a seguir fortaleciendo su vida espiritual a través de la oración y vida sacramental personal, familiar y comunitaria. 3. Ahondar y fortalecer la comunión entre los miembros del Regnum Christi con el fin de ayudar eficazmente en la evangelización de la sociedad y la cultura que nos rodea. 4. Finalmente, rezar y trabajar intensamente por las vocaciones sacerdotales, consagradas, matrimonios y familias cristianas”.