Regnum Christi Chile

Los 25 años de vida consagrada en Regnum Christi de Anita Guzmán

Durante este tiempo Anita ha vivido su vocación en diferentes países. Al comienzo estuvo en el Centro de Formación en Teotepec, en Monterrey (México). Luego se trasladó a Madrid, donde trabajó en la formación y pastoral de niñitas del colegio Everest. Posteriormente dirigió el Instituto Alpes San Javier ubicado en Guadalajara (México) durante  7 años. Finalmente llegó a Chile hace 11 años, en los cuales  ha colaborado en el Colegio Cumbres apoyando la evangelización de diferentes áreas y personas, y estuvo también aportando una labor similar en la Pastoral del Colegio San Isidro.

 

¿Qué recuerdos tienes de ese momento?

Tenía una vida intensa. Fui feliz en mi paso por el colegio, había pololeado un par de veces y estaba estudiando carreras entretenidas como lo son periodismo y ciencias políticas. Todo esto acompañado de una familia grande, de 90 primos hermanos, con amistades y panoramas muy entretenidos. Yo tenía el plan de formar una familia, ser una santa esposa y mamá de mínimo 6 hijos, de hacer el bien en la sociedad…pero Dios tenía su modo, su camino para llenar los deseos más profundos de mi alma.

 

¿Qué significan para ti estos 25 años de consagrada en el RC?

Él ha ido dando plenitud a mi vida.

¡Mucho cariño de Jesús, de Su amor en las personas! Me “muestra” -a veces no lo veo bien- que  en los  momentos de desconcierto, pena,  de sufrimiento personal, Él está “ahí” acompañándonos, aunque  no nos demos cuenta….y Él ha obrado maravillas.

 

¿Qué es lo que más te gusta de colaborar en tu país de origen?

Nadie es profeta en su tierra, pero como Dios es el que “actúa” y en el momento que Él quiere, pareciera que siendo de aquí hay un paso “ganado”. Feliz de ser una consagrada chilena que aporto a mi país.

 

¿Qué mensaje te gustaría darles a los jóvenes en Chile que se plantean la vocación a la vida consagrada?

Los felicito por ser valientes al ponerse delante del Señor, y cantar con y como María -el Salmo 39-  “aquí estoy Señor para hacer tu voluntad”. Jesús quiere lo mejor para cada persona.  Él va a ir revelando el camino, pues Dios no quita nada y lo da TODO.

 

¿Qué ha significado para ti compartir tu vocación con tu familia en este tiempo que has estado en Chile?

Gozar y dejarme querer por los míos. Me encanta reír, festejar, bailar,  con naturalidad y espontáneamente en familia. Puedo acercar más a ellos la persona de Jesús que está vivo, y que un día se volvió “loco” por mí y a quien dije “sí”, pues para ellos es un  “Alguien” que quiere reinar en la vida de cada uno.

 

¿Qué mensaje te gustaría dejarles a las personas que te han acompañado en tu recorrido vocacional?

Quisiera agradecerles muy sinceramente por estar ahí, siendo luz y sal para nosotros.

 

También que comprendan que somos normales, con lo divino y humano, pues nos reímos y también lloramos. Les pido que cuando vean que flaqueamos,  nos animen a volver la mirada al “amor primero”. Nos pueden corregir con cariño y amor, ya que evidentemente somos de carne y hueso y nuestro impulso debe estar para lo que estamos llamados a ser: hijos de Dios, exclusivos de Jesús, y formadores de otros nuevos apóstoles del 3er milenio. Realmente queremos compartir ese amor de Dios, y que ojalá lo experimenten -en la fe- dejándole un huequito en su corazón.

 

Por último les pido que recen MUCHO y lo digo en mayúscula  a Dios y a la Virgen María por las  vocaciones.

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