Hicieron un recorrido por diferentes instituciones que apoyan a mujeres embarazadas en estado de vulnerabilidad, a las que donaron ajuares, chales, muñecos y frazadas. La primera parada fue Mater Filius, una casa de acogida fundada en 2003. Luego participaron en la bendición y entrega de ajuares a la Fundación Chile Unido. “Apoyamos a muchas fundaciones e instituciones provida, a lo largo del año”, explica Catalina Valdés, miembro RC.
Durante octubre el apostolado Abrigar la Esperanza organizó su propia “Jornada por la vida”, en la que dieron especial atención a quienes esperan guagua en situación de vulnerabilidad. En el caso de Mater Filius entregaron 12 ajuares para niños de diferentes edades, entre los un mes de vida y los 2 años.
Ese mismo día hicieron la donación de ropa, que este año incluyó 68 chales, 177 chalecos, 30 zapatitos y varios muñecos que la sección señoras de La Dehesa regala a Fundación Chile Unido, como parte de los ajuares que arma para apoyar a mujeres embarazadas que acompaña. “Apoyamos a muchas fundaciones e instituciones provida, a lo largo del año”, explica Catalina Valdés. A lo largo del año también entregan donaciones a CAME, Nacerán y Maule Vida, entre varias.
Abrigar la Esperanza está entregando más de 400 frazadas y 4.000 tejidos al año. Además, le entrega material para que tejan a más 300 personas.
Sus inicios
Nació el 2010 para el terremoto, juntando cuadraditos de 20 x 20 para regalar frazadas a personas que habían sufrido daños. “Pensamos que además de abrigar el cuerpo, fuera un abrigo para el alma, hecha con cariño”, explica Catalina Valdés, su fundadora.
En un primer momento entregaban 30 frazadas al año. Con la pandemia esta labor se expandió y fueron incorporando nuevos productos como chalecos, pantuflas, además de las frazadas. Actualmente entregan donaciones a maternidades, organizaciones que atienden a personas con cáncer y parroquias, entre otros lugares. “Como apostolado unimos a personas que necesitan abrigo con tejedoras que quieren ayudar”, explica. Incluso apoyan a instituciones, como hogares de adultos mayores, a los que entregan material para que sus residentes que quieran tejer puedan hacerlo ayudando a otros. “Hay personas que quieren tejer para otros, y no tienen material, nosotros se lo entregamos porque se les da esperanza”.