Son cuatro mujeres y tres hombres que están apoyando en el Colegio Cumbres, el Colegio Everest y la Pastoral de la Finis, aportando con su granito de arena en nuestro país.
Alfonso Enrique Arredondo Martínez, 24 años
Querétaro, México
Alfonso decidió venir a Chile como colaborador “para llevar a todos ese Jesús vivo a través del amor, testimonio y formación”. Espera poder “fortalecer su relación con Dios, compartir experiencias con la gente y conocer la cultura de Chile”.
A los jóvenes que tienen la oportunidad de vivir esta experiencia les dice que “Dios no se deja ganar en generosidad, por tanto, Dios bendice tu SÍ. Sin duda de las mejores decisiones de su vida”.
Para Alfonso el Regnum Christi es “una familia, porque no importa de dónde seas, todos somos uno en Cristo”.
Romina De la Garza, 18 años
Monterrey, México
Romina se vino a Chile “porque una vez que sientes profundamente el amor de Dios, naturalmente sientes el impulso a compartirlo con los demás, y a mí me toco, a través de muchas cosas, momentos y personas, sentir que dar el año es la mejor manera de representar mi respuesta de amor a Dios”.
Durante su tiempo en Chile espera cumplir con su “misión de compartir el amor de Dios a los demás a través de mí”.
Sobre la experiencia les diría a los jóvenes “que es un tiempo y una oportunidad preciosa donde recibes mucho mucho más de lo que piensas al servir a los demás, y que con Dios todo se puede, los obstáculos se superan y básicamente Él se encarga de que todo vaya a estar bien, si le permites y tomas el tiempo para formar una relación profunda”.
“Para mí el Regnum Christi es el cielo en la tierra, es decir, hacer presente el Reino de Cristo en la tierra, que al final es lo que estamos llamados a hacer” y durante su tiempo en Chile “estaré ayudando y trabajando en el colegio Cumbres y en la sección de Reino en Piedra Roja, Las Condes”.
Maura Henkel, 19 años
Estados Unidos
“Decidí ser colab porque quiero que otros experimenten la amistad especial de Cristo de la misma manera que él fue amigo mío. Porque sin su amistad, yo no sería un colab”, además “espero enfrentar muchos desafíos diferentes, pero me siento más cerca de Dios cuando hago cosas difíciles, porque tengo que confiar completamente en Él”.
“Creo que ser colab es una experiencia que cambia la vida, porque puede ser el único año en el que tengas la posibilidad de entregarte por completo a Dios. Y Dios siempre dará más de lo que nosotros damos. Para mí el Regnum Christi es una familia. Es una comunidad que se ayuda mutuamente a ser santos”.
Rafael Roberto Páez de la Garza, 21 años
Monterrey, México
Rafael se vino de colaborador porque “quiso salir de lo ordinario de la vida, pausar un año de lo que es la vida de estudio y trabajo para dedicárselo a Dios y gente nueva”.
Espera “que Dios me llene de su alegría, servicio y gracia para poder hacer de este año una experiencia de formación, crecimiento, pero también poder tener una relación muy buena con las personas de mi destino y que me vean como un amigo y hermano en Cristo”.
Sobre decidir ser colaborador explica “que es una oportunidad única, no hay ningún voluntariado, curso, clase, carrera o trabajo que se compare a lo que es el año de colaborador. No se preocupen por lo que dejan atrás o por lo que va a pasar, si confían en Dios, Él se va a encargar de todo. En mi corto tiempo aquí ya he visto cómo Dios se ha hecho cargo de muchas cosas por mi paz y felicidad”.
Para él, el RC es “mi estilo de vida, mi Refugio, mis amigos, mi manera de crecer, mi manera de formarme, todo, el RC es lo que me ha dado un sentido de vida así que regalarle un año de mi vida es lo que mejor que puedo hacer”.
Durante su tiempo en Chile estará “en las mañanas en el Colegio Cumbres para darle un ejemplo de hermano grande a los chavos de Media” y “en las tardes trabajaré en la sección de Reino en Las Condes, ayudar que crezca, ayudar en el crecimiento y formación de cada uno de los miembros, ayudar en los apostolados e incentivar proyectos nuevos”.
Juan García, 23 años
España
Venir de colaborador “es la respuesta a una llamada e inquietud constante que había en mí de servir a Cristo y su Iglesia a través del RC. Aunque antes había participado en algunos apostolados, nunca pude entregar mi tiempo a su servicio. Cuando me ofrecieron la oportunidad de irme de colaborador, no dudé en que era un regalo que me había dado y no podía rechazar”.
“Estoy seguro de que será un año en el que a través del encuentro con quienes Dios ponga en el camino me dará la posibilidad de tratar, mirar y querer de una forma única a Cristo y a cada uno de ellos”.
Sobre ser colaborador “con independencia de la situación personal en la que te encuentres, entregar un año de tu vida a Dios sin duda te ayudará a ir purificando el corazón para el día de mañana continuar respondiéndole en tu realidad concreta. No hay nadie que habiendo renunciado a sus planes por servir a Cristo y a su Iglesia no vaya a recibir gracias mayores”.
Para Juan el RC es “un hogar y una auténtica familia espiritual que busca responder al llamado de Cristo a ser una sola cosa con Él. Probablemente nada haya más complicado en este mundo que la unidad con el otro, en una época donde las divisiones y los enfrentamientos son permanentes, el RC es un camino hacia esa comunión plena que anhela el corazón del hombre”.
Durante su tiempo en Chile “principalmente estaré trabajando en la formación católica y el acompañamiento con los alumnos de tercero y cuarto medio del Colegio Everest y por otra parte, colaborando en los distintos apostolados que se promueven desde la sección de jóvenes universitarios y profesionales de La Dehesa”.
Maureen Cruz Cruz, Edad: 18 años
Irapuato, México
“Decidí venir de colaboradora porque quería regresarle a Dios un poco de lo mucho que me ha dado y también porque quiero compartir la experiencia de Dios que yo he vivido y que muchas personas lo puedan llegar a conocer como yo”.
“Espero poder ser una herramienta de Dios y poder cumplir su voluntad”. A los jóvenes “yo les diría que se animen, que esto en un regalo maravilloso, el poder entregarte de esta manera y cuando te entregas así recibes muchísimo más de lo que tú puedes dar”.
“El Regnum Christi para mí es como mi segunda familia. Crecí en él, me formó y es una gran parte de mi vida”.
