8 capillas construyeron 250 jóvenes -alumnos y ex alumnos de los colegios legionarios- que estas vacaciones de invierno optaron por donarse a los demás ayudando a construir la esperanza para miles de chilenos que viven en zonas rurales alejadas.
Alumnos y exalumnos de los colegios Cumbres, Everest, San Isidro, La Cruz, Highlands y Santa Teresita construyeron 8 capillas en zonas rurales de la parroquia de Combarbalá, perteneciente a la diócesis de La Serena. En los pueblos de La Cuadra, La Colorada, Paclas, Jarillas, Litipampa, La Cantera, El Rodeo y Tinajas, que no tenían capillas, ahora las familias podrán reunirse en un templo para celebrar la Eucaristía, liturgia o Asamblea dominical, incluso en ausencia del Presbítero.
El padre Rafael Rojas, párroco de Combarbalá, dijo emocionado que “las personas de esos pueblos tenían muchas ganas de tener una iglesia. En algunos lugares hace 14 años que esperaban poder contar con una capilla, habían hecho esfuerzos, tenían algo de dinero ahorrado para este fin, y que hayan venido estos hermanos a ofrecer este servicio significó un regalo del cielo, nos decía la gente, porque en siete días pudieron cumplir su sueño de tantos años y contar con un templo. Es impresionante ver que en una semana, de no haber nada, hayan 8 construcciones nuevas”, relató con emoción el padre Rafael.
El P. Pablo de Juan (LC), capellán de Cruzadas, señala “que esta experiencia humana, cristiana y social es muy profunda para todos. Además de construir las capillas se hicieron talleres, se misionó y se convivió con la gente”, lo que fue bienvenido por las distintas comunidades. Agrega que éste es un apostolado que llevamos haciendo 11 años con estudiantes de enseñanza media y también ex alumnos de colegios de nuestra congregación, que se dedica exclusivamente a construir capillas en zonas rurales y llevamos ya unas cien capillas en todo Chile que se han levantando en 16 cruzadas.
“Tras la bendición de los nuevos templos, el padre Rafael Rojas como párroco de Combarbalá dijo que “esperan poder seguir atendiendo o comenzar a atender, por lo menos con Eucaristía una vez al mes. Y también, como decía la gente, es un lugar donde ellos se pueden juntar para hacer oración personal, rezar el mes de María y otras celebraciones”.