Sabine Laxague es consagrada del Regnum Christi hace 18 años y lleva uno y medio en Argentina, su país natal. Hoy entrega servicios a la Parroquia que está cerca de la casa de su comunidad, donde colabora dando catequesis.
“Es una Iglesia que sufrió mucho con la pandemia”. El año pasado tuvieron 25 niños y hoy ya se ha formado un equipo de catequistas. “Es una enorme alegría que se vaya armando\”, reflexiona. Su deseo es enseñarles a orar para que se encuentren con Jesús, y transmitirles la palabra de Dios. “Es una semillita que uno siembra” porque vienen con muy poquita formación de fe explica. En ellos ha visto una necesidad de estar juntos. “Veo niños que se quedan detrás del barbijo y se me parte el corazón, pues hay algo ahí”. Se reúnen semanalmente con ellos en la Parroquia para prepararse para hacer la primera comunión. Actualmente hay dos grupos, uno que está en su segundo año y que recibirán este sacramento el 12 de noviembre y otro que está comenzando.
Sabine explica que esta Parroquia tiene algo muy particular, pues en ella se celebran muchos matrimonios. Con esa excusa es que se preparan para recibir otros sacramentos, labor en la que también colabora. “El rol de la Iglesia en esos casos es ser puerta de Dios”, afirma.
Sabine es la tercera de siete hermanos. Conoció el Regnum Christi a los 16 años a través de un amigo de su hermano mayor, que pertenecía a él. “Había mucha sed en mi corazón por entender la fe porque no había recibido nada y bueno ahí cayó el Regnum Christi”. Comenzó a participar en la vida de Reino y se incorporó a los dos años para luego irse como colaboradora a París por un año y medio. Ahí recibió el llamado de Dios e ingresó al candidatado de Roma. “Encontró en el RC una luz en los ojos de sus miembros y un Jesús vivo”.