Con el lema “Christ Our Hope”, más de 110 jóvenes responsables del ECYD de 15 nacionalidades se reunieron en Roma para vivir una semana de formación, oración y convivencia internacional. Desde Chile viajaron 11 responsables, quienes regresaron con un renovado entusiasmo y convicción para acompañar a adolescentes en su descubrimiento de Jesús como amigo y guía.
El Encuentro Internacional de Responsables del ECYD se realiza cada dos años y tiene una importancia central para la vida del movimiento. Su objetivo principal es generar un momento de formación, encuentro, oración y comunidad, formando apóstoles convencidos de Cristo con un deseo de compartir su fe con los adolescentes del ECYD. Además, este encuentro coincidió con el Jubileo de Jóvenes, lo que permitió a los participantes vivir una experiencia intensa de Iglesia y comunidad internacional.
Como explicó la Consagrada Sofía Lobeira, que acompañó a los participantes, el evento es muy significativo para el ECYD en general y tiene un impacto directo en Chile.
“Los responsables que viajaron tuvieron una experiencia muy positiva. Los chilenos regresaron con un amor más fuerte a Cristo y con mayor convicción de su misión específica de colaborar en la gran misión del ECYD, acompañando a adolescentes para que descubran a Jesús como amigo y se conviertan en sus apóstoles”.

Días de formación, oración y comunidad
El encuentro comenzó con la llegada de los participantes, la misa de bienvenida y una comida, que permitieron los primeros reencuentros y lazos entre jóvenes de distintos países. Durante los días siguientes, los responsables participaron en instancias de formación, talleres, dinámicas en grupos internacionales y momentos de reflexión personal y oración, diseñados para profundizar en su vocación de acompañar a adolescentes y crecer como apóstoles.




Uno de los aspectos más destacados fue el apostolado de Street Faith, donde los jóvenes pusieron en práctica la misión del ECYD en espacios públicos. Como compartió una de las responsables chilenas Isidora Goycoolea; alumna de cuarto medio del Colegio Cumbres:
“El encuentro internacional de responsables ECYD fue una experiencia que impactó mi vida por completo. Me mostró cómo el ECYD sí puede cambiar el mundo, además de las distintas experiencias de todos los responsables de diferentes países, y poder vivir el apostolado de Street Faith, donde la barrera del idioma dejó de ser un problema y la oración por el otro fue lo que nos unió. Al volver a Chile sentí el desafío de ayudar a formar a las nuevas responsables y poder ser así un testimonio de vida para ayudar a sembrar la semilla de la ayuda al otro”.
Por su parte, Francisco Yamamoto; alumno de tercero medio del Colegio Cumbres, destacó el valor de la comunidad como clave para vivir la fe:
“Mi mayor aprendizaje durante el encuentro fue sobre la importancia de tener una comunidad que te acompaña. Durante toda la peregrinación siempre estuve acompañado con personas como yo, que buscan acercarse y crecer en su relación con Dios, y me demostró que estar bien acompañado es esencial para crecer en la fe, ya que se puede aprender de los demás y ellos de ti, impulsando a todos a mostrar más a Dios. Una frase con la que me quedé y se relaciona es: “Los demás te dan pedacitos de su corazón que revelan a Cristo al compartir con ellos y mientras más se junten mejor se reconoce el rostro de Jesús”.







Entrevista a Sofia Lobeira: “Cristo fue el protagonista”.
Sofía nos compartió su perspectiva sobre el impacto y los frutos del encuentro en los jóvenes:
Desde tu mirada, ¿qué fue lo que más impactó o movió el corazón de los jóvenes en estos días?
Cristo, de verdad fue Él… Él fue el protagonista, el contacto con Él en la Eucaristía en los momentos de adoración fue potente, además creo que el experimentar una comunidad y amistades en Cristo también fue muy importante y el ver a la Iglesia joven y viva, ver a otros jóvenes rezar y rezar juntos fue potente.
¿Qué significó para ti volver a Roma ahora, en este Jubileo de la Esperanza, acompañando a los jóvenes?
Un regalo, de verdad que soy una convencida de que Jesús me envía a lugares para darme regalos, Él es así, y esta actividad para mí fue una renovación en la esperanza como el jubileo. Esperanza en Cristo, en la Iglesia, en el RC, en el ECYD y en los jóvenes. Lo más conmovedor era ver las caras y lo que iba viviendo cada uno de ellos, y cómo lo compartían con alegría, entusiasmo, con una emoción que viene de Jesús. Ser testigo de esto, de lo que Dios hizo en sus corazones y de estos encuentros tan profundos que ellos tuvieron fue un regalo para mí.
¿Cómo se vivió el espíritu internacional y de familia del ECYD al reunir a adolescentes de tantos países distintos?
Impresionante, de verdad un regalo… Dios nos ha dado un don demasiado grande. Fue impresionante ver cómo podías tener un adolescente de Filipinas y otro de USA, y luego una chilena y de Costa de Marfil y así todos conviviendo como si se conocieran de toda la vida… amigos en Cristo y vibrando por las mismas cosas. Se respiraba de verdad un gran espíritu de familia entre ellos, y también entre los formadores, consagradas, consagrados, Legionarios, laicos, etc. La internacionalidad tiene una gran fuerza y es un regalo que Dios nos ha dado en el RC y el ECYD.
El encuentro dejó una huella profunda en cada participante: la experiencia de la internacionalidad, la oración compartida y la misión vivida fortalecieron su compromiso con Cristo y con el ECYD. Los responsables chilenos regresan con un renovado entusiasmo, inspirados para acompañar a adolescentes, sembrar amistades en Cristo y transmitir la alegría de vivir la fe con intensidad.