En el mes de agosto, Cristina Danel, consejera de la dirección general de las consagradas y miembro del comité general del Regnum Christi, fue invitada por la Directora Territorial de las consagradas, Bernardita García, para ayudar in situ en un proceso un discernimiento apostólico que comenzó en marzo pasado. Este proceso de discernimiento es la base para la elaboración del plan apostólico de las consagradas del territorio de Chile y Argentina. Los días de trabajo se vivieron en un clima de oración y discernimiento, a la escucha de Dios. Ante todo, buscaron escrutar, desentrañar, descifrar y discernir los signos de los tiempos y, la realidad de la sociedad y de la Iglesia chilena de hoy. A la luz de esta lectura de los signos de los tiempos, intentaron ir descubriendo el modo en que Dios les invita a colaborar con Él para hacer presente su Reino en estas realidades. Aunque es un proceso que tomará tiempo y continuará a lo largo de todo un año, Cristina asegura que ha sido “un tiempo precioso donde Dios se ha hecho presente”.
Cristina relata que en estas jornadas de discernimiento “juntas nos hemos puesto a la escucha del Espíritu Santo para preguntarle cuáles son los proyectos que Él tiene para las consagradas del Regnum Christi en este territorio”. Pudieron profundizar y contemplar la realidad del hombre de hoy, de la sociedad y de la Iglesia chilena. Además, pudieron realizar una lectura orante de su historia como consagradas en Chile y de la realidad actual de las consagradas a nivel mundial y en nuestro país. Se preguntaron, ¿Señor a qué nos llamas? ¿Cómo podemos servirte? ¿Cómo podemos hacer presente tu Reino en esta realidad de hoy? “El proceso no está terminado, hemos avanzado bastante, hemos llegado a consensos importantes, hemos identificado tres líneas de trabajo y con un estilo de trabajo muy propio nuestro, según nuestro carisma Regnum Christi, y hemos formado comisiones de trabajo que seguirán trabajando en este discernimiento para que en un año podamos tener todo listo para plasmar este discernimiento en un plan apostólico que iluminará el trabajo de los próximos cuatro o cinco años de las consagradas en Chile”.
Las tres líneas de trabajo que la jornada de discernimiento identificó pero que están sujetas a modificación, son: 1.- Trabajar en una evangelización más profunda. 2.- Formación, potenciación y lanzamiento de los laicos desde su vocación y llamada en la Iglesia. 3.- Y misión en salida. Y todo esto, nos cuenta Cristina, con un estilo propio que promueva y fomente una profunda vida en el Espíritu, tanto en las consagradas como en las personas a las que sirven; acompañando a las personas; generando comunidades y vínculos profundos; favoreciendo experiencias significativas; fomentando y promoviendo un entorno de misión compartida y de colaboración y, el desarrollo de la vocación y misión personal.
“Nos hemos sentido muy interpeladas a favorecer todo aquello que nos pueda ayudar a nivel personal, comunitario y en nuestro apostolado a fortalecer la vida en el Espíritu”. De acuerdo a Cristina, todo esto aún se encuentra en construcción, pero “veremos hacia donde nos lleva el Espíritu Santo. Esto es precioso porque no está en nuestras manos. Cuando entramos a las reuniones de discernimiento nadie sabía lo que iba a suceder, nadie tenía las respuestas, solo Él. Y nos hemos ido dejando llevar por Él para ir encontrando junto con Él ese camino por donde nos lleva a servirle y a servir al pueblo chileno, por el que estamos aquí, enviadas por Él”.
– ¿Cómo entiendes la vocación de las consagradas en el Regnum Christi?
“Una vocación ante todo es un don, un regalo de Dios y es algo sagrado. Es un llamado muy personal del Señor que ha hecho a cada una de las consagradas. Dios, en su infinita misericordia, ha puesto sus ojos sobre nosotras, nos ha amado con amor eterno y nos ha elegido para ser todas suyas. Yo veo que nuestra vocación es un don para nosotras y para el mundo porque, al dedicar nuestra vida completamente al Señor, colaboramos en la edificación y extensión de Su Reino. Y somos instrumentos, canales y mensajeras de Su amor con un estilo y con un carisma propio, que lo compartimos con toda la familia Regnum Christi. Veo que cada consagrada es un regalo, un don maravilloso y que cada una está llamada a grandes cosas por el Reino”.
– ¿Cómo crees que puede concretarse esa vocación de las consagradas en nuestro país?
“Sin duda que la situación que atraviesa la Iglesia en Chile y la Iglesia a nivel mundial es dolorosa y difícil. ¿A quién no le va a doler todo lo sucedido?. Creo que en medio de todo esto podemos ver signos de esperanza porque como decía hace un momento… el Señor no se ha ido. Él está presente. Es un Dios bueno, fiel a sus promesas y que no abandona a su pueblo. En ese contexto nosotras nos sentimos invitadas e interpeladas a ser mujeres de Dios. A estar cada vez más enamoradas e íntimamente unidas a Él. Intentando vivir llenas de Su espíritu y de Su amor. En ese sentido debemos poner nuestros dones y carismas al servicio de Cristo y salir al encuentro de las personas. Nos sentimos muy interpeladas también a dar un testimonio creíble del Evangelio. El mundo necesita testigos creíbles ante esas personas que han perdido su confianza en la Iglesia. Entonces, creo que las consagradas nos sentimos llamadas a dar ese testimonio, a tratar de vivir con nuestra propia vida el Evangelio y acercarnos a las personas. Y finalmente otro tema que veo que está en el corazón de muchas es a vivir con un espíritu de mucha reparación del daño que se pueda haber causado con los escándalos y por tantas otras cosas que han sucedido. Creo que, en parte, eso se logra con la entrega diaria, oculta y sencilla. Y el Señor se encargará de lo demás”.
– En los talleres y reuniones instaste a las consagradas a salir a vivir su vocación en apostolado más allá del Regnum Christi, ¿por qué crees que eso es tan importante?
“Quien nos instó a hacer esto es el Señor. Yo solo he sido una facilitadora. Nos sentimos muy interpeladas a desarrollar una evangelización más profunda y en salida. En primer lugar nos preguntamos cómo podemos lograr que las personas del Regnum Christi hagan una experiencia profunda y trascendente del amor de Dios. ¿Qué métodos, miradas, formas o estructuras hay que cambiar? En segundo lugar el Espíritu Santo suscitó en las consagradas un llamado a ir más allá de nuestras obras. ¿Por qué? Por que la misión es muy grande. Y no significa que lo vamos a hacer todo solas nosotras. Por supuesto que lo haremos en conjunto con todo el Regnum Christi. Leyendo los signos de los tiempos vemos que el Señor nos llama a llegar a muchas realidades a las que hoy no estamos llegando. A no limitar nuestro trabajo solo a las obras del Regnum Christi. Es verdad que somos pocas, pero creativamente con la ayuda del Señor, iremos discerniendo cómo se puede concretar esto conscientes de que donde quiera que nosotros vayamos llevamos impreso el carisma del Regnum Christi”.
– ¿Qué esperas de esta nueva etapa del Regnum Christi con su nueva estructura de federación?
“Yo le pido a Dios que esta nueva etapa sea un continuar en el proceso de renovación que hemos iniciado porque creo que con la gracia y misericordia de Dios hemos avanzado mucho. Espero que en la federación haya espacio para que cada vocación y cada persona puedan aportar su don y encuentren un lugar donde puedan colaborar. Que haya espacio para todos. Aquí nadie sobra. Todos son necesarios porque Dios nos necesita para saciar la sed de muchas personas. Y creo que hay que renovar ciertas estructuras para poder evangelizar con mayor profundidad y eficacia por el bien del Reino. El arranque de la federación es una oportunidad maravillosa y privilegiada para hacer ajustes en nuestra manera de trabajar. Creo que esto implicará cambios culturales y mentales que todos debemos hacer. El Señor nos llama a colaborar juntos y en comunión de espíritu, que significa tener un solo corazón y una sola alma como esos primeros apóstoles. ¿Y cuándo sucederá eso? Cuando el mismo espíritu nos posea a todos, dirija nuestras vidas y estemos llenos de Él. Yo aspiro a ser una comunidad de apóstoles con un solo corazón y una sola alma”.
– ¿Cuál crees que debe ser el rol de los laicos en este proceso de renovación del Regnum Christi?
“Yo creo que el rol de los laicos en la Iglesia es fundamental. Jesús dijo: “vayan a todo el mundo y prediquen el Evangelio”. Ese llamado a la misión es para todos desde su propia vocación. La fuerza del laicado en el Regnum Christi en Chile es muy grande. ¡Han hecho cosas maravillosas! Y nosotras sentimos un fuerte llamado de Dios a ayudar a que los laicos puedan desplegar su enorme potencial y su vocación. Nos dio una paz muy grande ver que el programa territorial del Regnum Christi tiene como una de sus prioridades esa tarea. Hemos pasado muchos años trabajando en la configuración canónica de la federación, pero en ese tema ya hemos avanzado gracias a Dios y ahora nos encontramos en otro momento, en otra etapa, donde afortunadamente podemos y queremos mirar hacia afuera y ver cómo juntos podemos hacer presente el Reino de Dios en este país y en el mundo”.
– ¿Qué significa para ti el lema del 50° aniversario de las consagradas: “Infundiré mi espíritu en vosotros, y viviréis”?
“Este es un año de gracia para las consagradas como todo año jubilar. Es un año para agradecer por nuestra historia, para tomar mucha conciencia de nuestro presente y para abrazar con mucha esperanza el futuro. El lema significa para mí constatar la fidelidad de Dios, que no sólo nos ha dado la vida a través de su soplo divino, sino que todos los días el Espíritu Santo quiere darnos vida nueva. Lo dice el libro del Apocalipsis: “Yo hago nuevas todas las cosas” (Ap. 21, 5). Ese Espíritu Santo nos llena de Su amor, nos santifica y vivifica, nos consuela y nos llena de vida. Es un lema que nos hace agradecer y valorar la fidelidad del Señor que está obrando todos los días en nosotros. Que nos impulsa a recordar la gracia y la oportunidad que Dios nos da de vivir en plenitud. Y es el Espíritu Santo quien da vida y vida en abundancia y es el Señor que en su infinita misericordia infunde su espíritu en nosotros para darnos vida en plenitud y en abundancia”.
– ¿Cuáles es tu mensaje para los miembros del Regnum Christi en Chile?
“Me voy llena de esperanza porque advierto un Regnum Christi con el deseo de responder a los proyectos del Señor. Veo a unas consagradas dispuestas a seguir entregando su vida, a crecer en el amor a Cristo y a seguir colaborando con Él en la extensión de Su Reino. Creo que Chile es un país maravilloso que hoy sufre por esas experiencias tan fuertes que han pasado como Iglesia. El sufrimiento del pueblo chileno es de todos. Y no están solos. El Regnum Christi como familia los acompaña en este dolor. Me voy llena de esperanza dando gracias a Dios por su presencia evidente en las personas y en las obras del Regnum Christi en este país”.