En mayo se realizó, vía remota, el IX Encuentro Arquidiocesano de Movimientos y Asociaciones Laicales, organizado por el Área de Laicos del Arzobispado de Santiago, que reúne a 58 organizaciones, distribuidas en movimientos eclesiales y asociaciones laicales de distintos carismas. En él participó Soledad Ávila, laica y miembro del Regnum Christi, quien es una de los cinco delegados que actualmente guía el trabajo de esa área del arzobispado capitalino. En la oportunidad abordaron como tema central la Encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco. En las siguientes líneas nos explica cómo llegó a participar en este comité, su objetivo, sus enfoques apostólicos principales y por qué es un área tan relevante para la Iglesia.
¿Hace cuánto tiempo formas parte de esta área del Arzobispado de Santiago? Y, ¿cómo llegaste a participar en ella?
“Hace nueve años, como parte del trabajo que realizo en el equipo de apostolado del Regnum Christi, me pidieron participar en sus reuniones mensuales del área de Movimientos y Asociaciones Laicales. Al principio acompañé a Álvaro Cifuentes, consagrado, quien representaba entonces al RC en dicha instancia. También me acompañaron varias veces algunas consagradas, a quienes les motiva participar en instancias eclesiales. Durante esas reuniones conocí a los demás representantes, que tenían muchas veces estilos y formas diferentes, y me sorprendía y enriquecía con los testimonios que brindaban de su fe. Hace cinco años fui invitada a formar parte del equipo de trabajo de apoyo a la encargada del área y que, en conjunto con el vicario, definía el camino del ésta y sus prioridades. En diciembre del año pasado, el Arzobispado de Santiago, en un espíritu de reestructuración, ofreció jubilarse a sus colaboradores de mayor antigüedad, por lo que quien estaba a cargo del área hace 20 años, dejó sus funciones. Quedamos al frente del área cinco delegados de distintos movimientos, que la apoyábamos y formamos la “Mesa de Representantes”, entidad que ha guiado el trabajo realizado hasta ahora”.
¿Cuál es el objetivo principal de esta área?
“Como parte de la Vicaría Pastoral, tiene como finalidad vincular a los movimientos eclesiales y asociaciones de laicos entre sí y con la jerarquía, para conocernos, fortalecernos y nutrirnos del ser y la misión particular, que cada uno, inspirados por el Espíritu Santo, desarrollamos desde nuestros carismas. Una de las maravillosas enseñanzas que he aprendido al participar en el área, es reconocer y valorar cómo nos complementamos”.
¿Cuáles son los principales enfoques de su trabajo?
“Generar integración entre los movimientos, mantenerlos informados, acoger necesidades y propuestas y hacer de nexo y unión con la jerarquía a través de las diferentes vicarias y vicarios”.
¿Quiénes las conforman? ¿De quién depende dentro de la estructura del Arzobispado de Santiago? Y, ¿por qué crees que es un área relevante para la Iglesia de Santiago?
“Hoy, está formada por 58 movimientos y asociaciones, registrados oficialmente en el Arzobispado de Santiago. Cabe distinguir movimientos y asociaciones, con mi modesta definición: Movimientos son aquellos que nacen, están inspirados y acompañados desde el carisma de una orden religiosa, como Schöensttat, Regnum Christi, Apostólico Manquehue, etc. Asociaciones laicales, antes llamados apostolados ambientales, son aquellos laicos que se integran y organizan para asistir a una necesidad del ambiente, como las animadoras de la Salud, Pastoral Mapuche, institución Teresiana, Retiros de Conversión y muchos otros. Este año, como parte de la reestructuración del Arzobispado, acaba de formarse la Vicaría de Laicos, Familia y Vida, a la cual pasamos a integrar, donde incluso nos han invitado, como Mesa de Representantes, a participar en la definición de sus objetivos. Es un área relevante porque la Iglesia reconoce la importancia de los laicos en la vida eclesial”.
¿Por qué es importante que los movimientos y asociaciones laicales asuman un rol de liderazgo en la Evangelización de la sociedad chilena?
“Desde hace algunos años el Papa nos viene invitando, a los laicos, a sacar el carnet de adultos, a participar con madurez eclesial y hacernos cargo del rol activo que debemos tener en la Iglesia. Hemos estado muchos años en esta barca de la Iglesia, siendo parte de los pasajeros, pero dejándonos llevar sin tomar decisiones ni iniciativas. Hoy se nos necesita en la “tripulación”, jugando un rol más protagónico, haciéndonos parte del rumbo y trabajando activamente para llegar a distintas partes de la sociedad”.
¿Qué significa para ti tu nuevo rol como una de los cinco delegados que forman parte de la mesa de representantes del área?
“Es una responsabilidad y un privilegio ser parte de esta mesa de representantes. Somos cinco integrantes, muy distintos, y lo que nos aúna es algo mayor que nuestras diferencias. Tratamos de estar atentos al Espíritu Santo, a lo que nos va inspirando y muchas veces nos ha sorprendido llegando a acuerdos que no imaginábamos”.
¿Qué significa para el Regnum Christi y su relación con la Iglesia de Santiago la oportunidad de participar activamente área de movimientos y asociaciones laicales?
“Es una realidad que en el pasado, entre los movimientos y asociaciones, muchas veces nos mirábamos con distancias y recelos. El trabajo en el área ha permitido botar aquellos prejuicios y, por el contrario, valorarnos mutuamente”.