Gracias a su labor la comunidad de esta localidad pudo vivir las diferentes ceremonias de Semana Santa. “Las familias, con su trabajo y testimonio, ayudaron a vivir una verdadera Semana Santa” nos comenta Elisa Prieto, consagrada que los acompañó junto al Padre Guillermo Ortega, LC.
El Viernes Santo ayudaron las familias del colegio se dedicaron a preparar las ceremonias y el Vía Crucis, el Sábado Santo visitaron enfermos y en la tarde tuvieron la Vigilia. “Estoy muy agradecida de poder ser parte de esta hermosa comunidad, que nos permite entregar alegría y amor a quienes lo necesitan y que además nos agranda nuestro propio corazón del amor de Dios”, reflexiona Claudia Rivera, apoderada del Colegio Dan Juan Diego.