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FRANCISCO EN CHILE | El Papa de la gente

Cinco meses después de asumir como nuevo líder de la Iglesia Católica, el Papa Francisco abordó un vuelo de la línea aérea Alitalia para asistir a la XVIII Jornada Mundial de la Juventud en la ciudad de Rio de Janeiro. En Brasil desplegó su estilo pastoral cercano y su mensaje de paz, ecumenismo e inclusión social. Un sello que continuó desarrollando en sus visitas apostólicas posteriores a países tan disímiles como Estados Unidos y Cuba. Hasta la fecha, Jorge Mario Bergoglio ha visitado treinta naciones en cuatro continentes, quedando solo Oceanía como un destino para recorrer en el futuro, con un discurso sustentado en el Evangelio de Cristo y dirigido sobre todo a los abandonados, inmigrantes, refugiados y excluidos de todo el mundo.

La noche del 5 de julio de 1809, el Papa Pio VII fue arrestado en su residencia romana del Palacio Quirinal a manos del general Étienne Radet por orden del emperador francés Napoleón Bonaparte. Su exilio fuera del territorio de los Estados Pontificios se extendió durante cinco años. El 24 de mayo del año 1814, el Santo Padre volvió a Roma ante los vítores de una multitud que lo llevó con alegría en sus hombros hasta la Basílica de San Pedro. Esta fue la última vez que la cabeza de la Iglesia Católica abandonó los límites del estado papal hasta enero de 1964 cuando el Papa Pablo VI peregrinó a los lugares santos de la cristiandad ubicados en Jordania e Israel. En sus tres días en Medio Oriente, el Sumo Pontífice recorrió once localidades de Tierra Santa y en un hecho inédito dialogó con Antenágoras I, Patriarca de Constantinopla, en el Monte de los Olivos de la ciudad de Jerusalén. El viaje del Papa Pablo VI marcó a los pontificados en las décadas venideras. Es así como el Papa San Juan Pablo II visitó 129 países en 26 años de pontificado y el Papa Emérito Benedicto XVI viajó a 25 naciones en sus siete años de papado.

El Papa Francisco solo visitó un país en el año 2013. El Santo Padre participó de la XVIII Jornada Mundial de la Juventud que se desarrolló del 22 al 29 de julio en Brasil. La ciudad de Rio de Janeiro congregó a más de tres millones de personas de 175 países en un evento que revitalizó al catolicismo en un subcontinente en donde habita el 42% de los católicos del mundo. El acontecimiento adquirió connotación mundial al ser su primer encuentro directo con una masiva cantidad de fieles que se congregaron en la playa de Copacabana y al ser la primera vez que desplegó su estilo pastoral cercano, su personalidad humilde y su mensaje de paz, unidad, inclusión social y ecumenismo a una audiencia global. En la misa de envío del encuentro, el Sumo Pontífice alentó a los jóvenes presentes a servir a Cristo sin miedo y a llevar su palabra hasta las periferias existenciales sin importar que tan lejanas o que tan indiferentes sean al Evangelio. Esta primera celebración eucarística multitudinaria en el continente sudamericano tuvo un impacto espiritual, apostólico y político en la región al contar con la presencia de los presidentes de Brasil, Bolivia, Argentina y Uruguay.

El Sumo Pontífice comenzó el año 2014 con una peregrinación a Tierra Santa. Su viaje del 24 al 26 de mayo comenzó en Jordania donde pidió una solución pacífica a los conflictos armados en Siria e Irak. En Israel visitó las ciudades de Belén y Jerusalén para dialogar con las máximas autoridades palestinas e israelíes. El Papa Francisco además oró por la paz en la Explanada de las Mezquitas y en el Muro de los Lamentos y realizó una celebración ecuménica en el Santo Sepulcro acompañado del Patriarca de Constantinopla Bartolomé I. Durante su periplo por Medio Oriente, el Santo Padre llamó a la reconciliación entre cristianos, judíos y musulmanes al pedir que se respeten y amen los unos a los otros como hermanos y hermanas. En el mes de agosto, el Papa Francisco viajó a Corea del Sur donde beatificó a 124 mártires coreanos en una multitudinaria misa a la que asistieron más de 800 mil personas y en donde exhortó a los gobiernos de las dos coreas a rechazar la confrontación que nubla las relaciones y a buscar caminos que forjen una paz duradera en una península dividida por la guerra. El año 2014 concluyó con visitas pastorales a Albania y al Europarlamento en Francia en septiembre y a Turquía en el mes de noviembre.

En el mes de enero del año 2015, el Papa Francisco viajó a las ciudades de Colombo y Manila en el continente asiático. En Sri Lanka canonizó a San José Vaz, primer santo de ese país, y en Filipinas celebró una misa en la cual participaron un record de más de 6 millones de personas. En junio, el Sumo Pontífice se dirigió a Bosnia y Herzegovina para apoyar el proceso de paz y diálogo que se vive en la nación europea tras la Guerra de los Balcanes. En el mes de julio, el Santo Padre recorrió Ecuador, Bolivia y Paraguay. En sus homilías en los tres países sudamericanos pidió perdón por los crímenes perpetrados en contra de los indígenas durante la conquista de América, abordó la relevancia del cuidado del medio ambiente y repudió la desigualdad económica imperante en el continente. En septiembre, el Vicario de Cristo viajó a Cuba y Estados Unidos. En la isla caribeña llamó al mejoramiento de la relaciones cubanoamericanas en la misas masivas que realizó en las localidades de La Habana, Holguín y Santiago de Cuba. En la nación norteamericana se reunió con Barack Obama en la Casa Blanca, pronunció discursos en el Capitolio de Washington D.C. y en Naciones Unidas en Nueva York, y participó en el VIII Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia. Su año 2015 finalizó con visitas apostólicas a Kenia, Uganda y la República Centroafricana. En su primera visita al continente africano llamó a cuidar sus recursos naturales y espirituales, a fomentar la caridad, la justicia, la inclusión y la sostenibilidad, y a seguir renovando su compromiso con Cristo.

El 12 de febrero de 2016, el Santo Padre vivió uno de los momentos más significativos en la historia de la Iglesia Católica. Antes de llegar a la Ciudad de México, su vuelo hizo una breve escala en Cuba. El aeropuerto de La Habana fue sede de un encuentro inédito desde el Cisma de Occidente en el año 1054. El Papa Francisco se reunió con Cirilo I, Patriarca de Moscú, para conversar sobre temas como la persecución y el éxodo de los cristianos desde Siria e Irak, la violencia y el terrorismo que enfrentan en Medio Oriente y el trato a los inmigrantes y refugiados que arriban a Europa, entre otros. Nunca antes el líder de la Iglesia Católica sostuvo un dialogó directo y presencial con el primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Una vez en la capital de México, el Santo Padre celebró una misa ante 50 mil personas en la Basílica de Santa María de Guadalupe en donde recordó que las plegarias silenciosas de aquellos que sufren siempre suben al cielo para encontrar un lugar bajo el manto protector de la Virgen María. Su periplo mexicano concluyó con visitas a las localidades de Ecatepec, Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de las Casas, Morelia y Ciudad de Juárez en donde repudió el narcotráfico, pidió perdón a los indígenas y visitó a los reclusos de una penitenciaría.

En el mes de abril, el Papa Francisco visitó el campo de refugiados de Moria en la isla de Lesbos en Grecia para apoyar a los miles de desplazados que a raíz de los conflictos armados en Medio Oriente esperan la confirmación de su petición de asilo en alguna nación europea. Del 24 al 26 de junio, el Sumo Pontífice recorrió las ciudades de Ereván, Gyumri y Lusarat en Armenia para estrechar sus lazos con los católicos de esa nación e impulsar la reconciliación en el Cáucaso debido al conflicto armado en la zona de Nagorno Karabaj. A mediados de año, el Santo Padre participó en la XXXI Jornada Mundial de la Juventud que se desarrolló desde el 26 hasta el 31 de julio en Polonia. En la misa de envío llamó a los más de dos millones de jóvenes presentes a abandonar su comodidad y su seguridad para tener el valor de cambiar el sillón por un par de zapatos para seguir a Cristo y para caminar por senderos nunca soñados y mucho menos pensados. El Vicario de Cristo concluyó el año con visitas apostólicas a los dos últimos países caucásicos, Georgia y Azerbaiyán, y a Suecia con motivo de la celebración del 500° aniversario de la reforma protestante emprendida por el alemán Martín Lutero que desembocó en la división entre la Iglesia Católica y la Iglesia Luterana.

El 9 de abril de 2017, el grupo terrorista del Estado Islámico atentó con dos bombas contra la comunidad cristiana copta durante las misas de Domingo de Ramos en las localidades de Tanta y Alejandría en Egipto. El Papa Francisco viajó al país árabe del 28 al 29 de abril en solidaridad ante los hechos con el Papa Tawadros II de la Iglesia Ortodoxa Copta con quien rezó por las víctimas y por la paz entre las religiones de esa nación en la Iglesia de San Marcos en la ciudad de El Cairo. En el mes de mayo, el Sumo Pontífice visitó Portugal a raíz del centésimo aniversario de las apariciones marianas en la localidad de Fátima. El Santo Padre canonizó como santos católicos a los pastores Jacinta y Francisco Marto en una celebración eucarística en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario. Desde el 6 hasta el 10 de septiembre visitó Colombia para dar un impulso definitivo al proceso de paz entre el estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tras 50 años de conflicto armado. El Papa Francisco realizó cuatro celebraciones eucarísticas masivas en las ciudades de Bogotá, Medellín, Cartagena y Villavicencio en donde llamó a los colombianos a combatir la injusticia y la inequidad social, a reconciliarse sincera y pacíficamente y a no temer a la renovación del catolicismo que llama a dejar las comodidades y los apegos materiales. La última visita apostólica del Sumo Pontífice este año fue a Birmania y a Bangladesh en donde intentó apaciguar la crisis humanitaria de la etnia minoritaria musulmana birmana y bengalí de los Rohingya.

Su Santidad comenzará el año 2018 con una visita apostólica a Chile del 15 al 18 de enero que incluirá las ciudades de Santiago, Temuco e Iquique. Esta será la segunda vez que nuestro país recibe a un Sumo Pontífice tras el recordado y emotivo viaje del Papa Juan Pablo II entre el 1 y el 6 de abril de 1987. En el próximo y último número de este especial recordaremos esa significativa visita del mensajero de la vida y del peregrino de la paz a nuestro país.

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