Regnum Christi Chile

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Hno. Daniel de Tezanos Pinto: “El Regnum Christi es la familia que elegí y seguiré conformando durante toda mi vida”

Cuando egresó del colegio Everest en 2013 ya estaba en discernimiento vocacional. Partió como colaborador a Barcelona por un año y a su regreso ingresó a estudiar psicología. Sólo cursó dos semestres, pues a sus 21 años decidió entrar al noviciado de los Legionarios de Cristo.

Daniel es el quinto hijo, de seis, del matrimonio conformado por Ricardo de Tezanos Pinto y María Inés Concha. Actualmente está en Roma terminando los estudios de filosofía y en agosto partirá a vivir a Barcelona por dos años para hacer las prácticas. “Estoy feliz porque volveré a trabajar en el colegio que trabajé siendo colaborador del Regnum Christi”, comenta.

¿Cómo conociste el Regnum Christi?
He vivido toda mi vida en el RC porque mis papás son miembros desde antes que naciera. Me llevaron a Net cuando era chico y después participé en el ECYD. A los 15 me fui un verano a México con el ECYD y después de esa experiencia, empecé a ser parte del RC más por mi cuenta que por mi familia o el colegio.

¿Cuándo te planteaste la vocación sacerdotal? ¿Qué edad tenías?
La primera vez que me planteé seriamente la vocación fue a los 17 años. Fue después de una hora eucarística. Durante esa adoración me encontré profundamente con Cristo y cuando llegué a mi casa pensé: Dios me tiene que estar llamando… no puede ser que se manifieste así a alguien y después no le pida nada. Ese mismo pensamiento me dio mucho miedo y a los pocos días se lo comenté al P. Javier Ayala L.C, que estaba haciendo las prácticas en el colegio. Él me ayudó a darme cuenta de que experimentar el amor de Dios no significa ser llamado al sacerdocio. Me dijo que lo que yo había vivido era algo para todas las personas y que quizás Dios me pudo haber llamado, pero que me quedara tranquilo porque si era así, Dios me lo confirmaría en el tiempo.

Eso me quitó ese primer miedo y pasaron varios años entre esa primera experiencia hasta que entré al noviciado.

¿Qué rol jugó en tu vocación tus papás y familia?
El rol de mis papás y hermanos ha sido fundamental. Primero porque mis papás (sobre todo mi mamá) siempre rezaron por tener un hijo sacerdote o una hija consagrada y yo creo que por sus oraciones estoy donde estoy. Siempre nos transmitían que sería un regalo para ellos tener un hijo sacerdote, pero a la vez nos dejaban total libertad de elegir lo que más nos gustara: fomentaron nuestros talentos e intereses, apoyándonos en nuestras decisiones y dejándonos crecer con autonomía.

Segundo, creo que ver a mis hermanos mayores vivir esos valores que el papá y la mamá nos inculcaban, me dio el valor para ir dando pasos hacia el sí. Viviendo sus propias vidas y vocaciones, me enseñaron a descubrir y seguir la mía.

¿Fue muy difícil hacer tu discernimiento? ¿cómo lo tomaron tus amigos?
Durante los cuatro años que estuve en discernimiento vocacional, lo que más me frenaba era el no querer irme de mi casa y separarme de mis hermanos, sobre todo de mi hermana menor porque sentía que la dejaría sola en la casa antes de tiempo. Sabía lo desgarrador que sería la separación, pero no porque no me apoyaran en mi decisión, sino por la distancia o por perderme los grandes momentos familiares.

En mis años de discernimiento salieron a la luz varios escándalos de la Iglesia. Eso llevó a que se generalizaran muchas cosas en los medios y en conversaciones en mi entorno. Me costaba aceptar que Dios me llamara a algo en una crisis de tal magnitud. Me costaba que metieran en un mismo saco a tantas personas buenas que yo conocía porque unos pocos habían hecho algo malo. Me costaba pensar que hablarían así de mí sin haber hecho nada, pensaba ¿qué van a pensar de mí?

Debo decir, que Dios ha sido excesivamente bueno. Con respecto a mi familia, nos hemos visto mucho más de lo que todos esperábamos y, por ejemplo, no me he perdido ningún matrimonio de mis hermanos. Respecto a las dificultades con el qué pensarán… nada malo ha pasado, mis amigos y familiares me han apoyado y siento que están felices con mi vocación. De hecho, varios dicen que les da esperanza saber que hay jóvenes, que hoy en día, se atreven a decir que sí al sacerdocio.

¿Se te ha hecho muy difícil estar lejos de tu familia?
Siempre será difícil estar lejos de mi familia, así como lo es para mi hermano que por trabajo está viviendo fuera de Chile también. Con los años hemos ido encontrando las mejores maneras de mantenernos cerca a pesar de la distancia.

¿Qué ha significado para ti el Regnum Christi?
Un camino familiar en doble sentido: ha sido parte de mi familia desde que nací y ahora, como legionario, es la familia que elegí y seguiré conformando durante toda mi vida.

¿Qué le dirías a un joven que está pensando en una vocación de vida consagrada?
A los jóvenes que lo piensan les digo algo que me dijeron a mí: ahora todo se ve desde una perspectiva dramática, pero tienes que salir de ella. Creo que ese drama anticipado es la gran cruz del discernimiento, pero una vez que se carga con Jesús viene la resurrección, viene la paz.

Los miedos y dificultades se presentan en toda vocación, y creo que la mejor ayuda para alguien que está en discernimiento es bajarla del drama y subirla al realismo: la Iglesia quiere que vivas en plenitud y que seas feliz; el único que sabrá lo que Dios quiere de ti, eres tú mismo, porque nosotros no vamos a poder escuchar por ti; y que la certeza interior de tu vocación la recibirás caminando por la vocación cristiana a la que todos estamos llamados.

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