Regnum Christi Chile

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JUBILEO CONSAGRADAS | Patricia Bannon a 50 años de su consagración a Dios en el RC

Patricia Bannon fue una de las primeras consagradas del Regnum Christi. En 1969 respondió al llamado de Dios para ayudar a otros a encontrarse con Cristo. Y en 2019 celebra 50 años de ese momento tan importante de su vida. Aunque explica que la consagración no entraba en sus planes, la espiritualidad del movimiento resonaba fuertemente en su corazón. Es así como comenzó a recorrer un camino junto al RC. Esta es su historia.

Patricia Bannon, consagrada oriunda de la República de Irlanda, llegó a nuestro país en septiembre del año pasado para colaborar en la Sección de Señoras de La Dehesa. Ella nos relató que debido a una serie de conversaciones con su hermano, que ingresó al noviciado de los Legionarios de Cristo, conoció la espiritualidad y la proyección apostólica de movimiento que la entusiasmó con todo lo que Dios quería hacer por medio del Regnum Christi.

¿Qué te motivó entonces a consagrar tu vida a Dios?

El único quien puede motivar el deseo de consagración es Dios mismo. Simplemente me consagré en respuesta a una invitación de Él, y cuando una invitación es personal y se dirige al corazón, es difícil de explicar o hacer entender a otros. Puedo decir que la consagración no entraba en mis planes anteriores, pero la espiritualidad del Regnum Christi resonaba fuertemente en mi corazón, la posibilidad de ayudar a otros a encontrarse con Cristo se me hacía algo grandioso y bello, el horizonte apostólico amplio y fascinante, aunque de hecho todavía no era una realidad… Y Cristo me preguntó ¿quieres venir conmigo? Y le contesté que sí. Así de sencillo”.

¿Qué recuerdos tiene de ese momento? Usted forma parte de ese primer grupo de mujeres que este año cumplen 50 años de aniversario de consagración a Dios en el RC.

Gozo, alegría y paz. La seguridad que estaba donde Él quería y haciendo lo que Él quería. La presencia maternal de María que nos sonreía. No tenía ni idea lo que iba a pasar después, cómo íbamos a llevar a la práctica las ideas que teníamos, pero lo importante es que ya éramos de Él para siempre. Y eso llenaba el corazón”.

¿Cuál fue tu recorrido apostólico antes de llegar a colaborar en nuestro país?

Ha sido un recorrido largo y variado, pues he tenido la oportunidad de dedicarme a la mayoría de nuestros apostolados, abrir brecha y trabajar en varios países. ¿Enseñanzas? ¡Muchas! Que la vida consagrada es entrega, es darse. Las personas son distintas pero todas necesitan acompañamiento, que se le lleve a Cristo. Que a pesar de nuestras debilidades y lo que nos falta, Dios puede usarnos para llegar a los demás. El sentirse instrumento del plan y del amor de Dios sobrecoge y llena de humildad el alma. ¿Quién soy yo para que a través de mí puedas hacer un bien en el mundo y en las personas? Mucho me ha ayudado no comparar, ni países, ni personas, ni culturas. Tratar de sumergirme en el lugar concreto donde estoy, y encontrar lo bueno que hay allí para ayudarlo a florecer”.

¿Qué significa para ti el lema de este 50° aniversario: “Infundiré mi espíritu en vosotros, y viviréis”?

Todo viene de Dios. Estoy inmersa en una obra de Dios y hay que dejarlo actuar a Él. Claro que me tengo que preparar, formar mejor para ser instrumento más apto en sus manos, hay que hacer programas y programar. Pero es Él quien me da vida, quién me mantiene y me sostiene. Vivimos de cara a Él, en Él y por Él. Y eso da paz y confianza para superar cualquier dificultad u obstáculo”.

¿Cómo entiendes tu vocación de consagrada en el RC y en el mundo de hoy?

La vocación consagrada es parte esencial del Regnum Christi, como lo es de la Iglesia. Nos dedicamos totalmente a Él y estamos para lo que Él quiere. Como seglares vivimos en el mundo y por eso quizás podemos entenderlo de manera particular, participar en la vida real de las personas y percibir sus necesidades y encontrarlas allí donde están. Y con nuestra consagración “gritamos” que Dios es primero, que hay que dejarlo entrar en la vida, que es sólo Él que da plenitud y paz”.

¿Cuáles es tu mensaje para los miembros del RC en Chile?

Que en estos momentos duros y difíciles no pierdan la esperanza. Dios existe, y la Iglesia es la presencia viva de Cristo, a pesar de nuestras debilidades, pecados o flaquezas. Que permitan que el Regnum Christi sea lo que tiene que ser: un movimiento de apóstoles convencidos por Cristo. Que sean APÓSTOLES que hagan el bien, actuar no lamentar, y que hagan realidad en su vida nuestra espiritualidad cristocéntrica. Que Cristo esté en el centro de todo lo que hagamos y vivimos”.

¿Qué es lo que más te gusta de colaborar en nuestro país?

¡Pregunta difícil! Me gusta el nuevo reto, saber que Dios nunca me deja tranquila sino que pone nuevas oportunidades delante de mí. Y encontrarme con gente tan estupenda, con muchos valores y también necesidades. Hay toda una historia de la fe en este país y no hay que dejar que se pierda, sino acrecentarla, adaptándonos a las nuevas circunstancias y retos del momento”.

 

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