El 3 de junio fue un día lleno de alegría, emoción y buenos momentos en donde un grupo de jóvenes de las secciones de Buin, Las Condes y La Dehesa se incorporaron al Regnum Christi para transformarse en apóstoles de Cristo. La ceremonia, celebrada por los alumnos de IV° Medio y universidad, se enmarcó en el Encuentro de Jóvenes RC que también contó con un panel donde se expusieron temáticas como el discernimiento vocacional, el apostolado, la colaboración en otros países y el rol de los jóvenes en la sociedad actual.
Fue una noche de mucha alegría y de gran emoción para 21 jóvenes que durante el Encuentro de Jóvenes RC realizado el 3 de junio se incorporaron al movimiento Regnum Christi para convertirse en apóstoles de Cristo.
Los jóvenes pertenecientes a las secciones de Buin, Las Condes y La Dehesa se incorporaron oficialmente al movimiento en la Misa de Pentecostés celebrada por el director territorial, P. Xavier Castro, LC, en Piedra Roja. Los alumnos de IV° Medio y universitarios no solo asumieron el compromiso de formar parte del Regnum Christi sino que también de servir a la Iglesia Católica en sus comunidades. La solemne celebración eucarística fue acompañada por los instrumentos y las voces del coro del Colegio La Cruz.
Tras la celebración de la festividad religiosa e incorporación al movimiento, todos los jóvenes presentes en el encuentro participaron en un panel de conversación cuyo tema principal fue “el Regnum Christi como camino de generosidad en el seguimiento de Cristo”. El panel contó con la participación de Sonia González, que contó su discernimiento vocacional de dos años; Clemente Larraín, quien comentó sobre su compromiso con el apostolado Misión Central; Alejandra Cerda, quien relató su experiencia como colaboradora en México; y Augusto Larraín, quien expuso cómo se podía ser auténtico y cristiano en el mundo que les toca vivir a los jóvenes hoy.
Después de las exposiciones, los participantes del Encuentro de Jóvenes RC disfrutaron de una hamburguesada, de un show de magia y de una tocata de música. Al final de la jornada el movimiento no sólo sumó nuevos miembros sino que también se unió como una auténtica familia espiritual y una potente fuerza evangelizadora.