Regnum Christi Chile

Llamado al corazón: un ensayo sobre la cultura vocacional en el Regnum Christi

El ensayo «¡Aquí estoy, porque me has llamado! Cultura, pastoral y promoción vocacional en el Regnum Christi» es, en palabras de quienes lo han preparado, una invitación a vivir con sentido.

Un ensayo sobre la cultura vocacional en el Regnum Christi

El próximo 27 de junio, coincidiendo con la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, se publicará el ensayo «¡Aquí estoy, porque me has llamado! Cultura, pastoral y promoción vocacional en el Regnum Christi». Su publicación no es fortuita. El corazón, como símbolo del amor divino, es también el punto de partida de todo llamado. A continuación, se ofrece una mirada al sentido de la vocación como un llamado personal que nace del corazón de Jesucristo. A través de las voces de cuatro de los autores que participaron en su elaboración, se explora cómo este texto busca renovar la cultura vocacional en la Iglesia, formar una mentalidad y sensibilidad nuevas, y ofrecer caminos concretos para acompañar a cada persona en el descubrimiento y plenitud de su vocación.

La vocación brota del corazón de Dios


Así lo cree 
Taís Gea, consagrada del Regnum Christi y una de las autoras del texto, quien considera que «toda vocación surge del corazón de Jesús». Para ella, el llamado no es solo una invitación a una misión específica, sino una afirmación profunda de existencia, donde Dios tiene la iniciativa desde el principio. «Uno de los relatos más bellos sobre la vocación», dice, «es el de Jeremías, donde Dios lo conoce desde el seno materno. Nos muestra que la vocación no es una invención humana, sino algo que brota del corazón de Dios».

Taís Gea, ¿por qué lanzar este ensayo en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús? ¿Qué relación tiene con la vocación?

Creo que es valioso lanzar el ensayo en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús porque, en mi opinión, toda vocación surge del corazón de Jesús. En el fondo la vocación es un llamado a la existencia, un llamado a una misión específica a servir al Señor, y es Dios quien tiene la iniciativa desde su corazón brota este deseo. Yo creo que uno de los relatos más bellos de la vocación es el de Jeremías, donde habla de cómo Dios conoce al profeta desde el seno materno, elegido desde su creación. Nos muestra cómo la vocación surge del corazón de Dios y es Él quien en primer lugar tiene la iniciativa.

Ensayo sobre la cultura vocacional en el Regnum Christi
El ensayo invita a ver la vocación como una invitación de Dios a una misión especifica en la vida.

¿Cómo surgió la idea de escribir este ensayo y qué necesidad busca responder dentro del Regnum Christi y la Iglesia?

Una de las cosas en las que me tocó intervenir fue sobre el fundamento bíblico. Me parece muy valioso para todos nosotros, miembros del Regnum Christi, enraizarnos constantemente en la Palabra de Dios. La Palabra De Dios es viva y eficaz y es este pozo profundo de sabiduría en donde cada uno de nosotros encuentra una respuesta constante a nuestros interrogantes y a nuestras inquietudes interiores. Por lo tanto, iniciar con una propuesta bíblica, con un fundamento bíblico, es ayudar a los miembros del Regnum Christi a acudir a esa fuente en donde ellos mismos pueden seguir profundizando lo que es su propio llamado, su propia vocación. Por lo tanto, me parece muy valioso que se puedan encontrar ahí, en los esquemas de vocación del Antiguo Testamento y en la vocación en concreto de los discípulos en el Nuevo Testamento, un fundamento para la vocación de cada uno de nosotros como miembros del Regnum Christi.

Amamos a la Iglesia, que es germen y principio del Reino en esta tierra; nos sentimos parte viva de ella y colaboramos en su misión evangelizadora; nos adherimos con amor y obediencia al Papa y a los demás obispos, conociendo y difundiendo sus enseñanzas, secundando sus iniciativas y apoyando a la Iglesia local.

Vocación en tiempos de ruido


El ensayo nace también como respuesta a los desafíos de nuestro tiempo. El padre Juan Antonio Ruíz, sacerdote legionario de Cristo y otro de los autores del ensayo, lo expresa así: «para escuchar a Dios, hay que vivir una vida coherente con Él». En un mundo saturado de estímulos, el corazón —dice— se parece a un vaso: «se describe por lo que contiene». Si está lleno de Dios, será más fácil oír su voz. Pero si se llena de lo contrario, el silencio necesario para el discernimiento se vuelve casi imposible.

P. Juan Antonio Ruíz, LC, La vocación no es solo una elección, sino un llamado personal de Dios. ¿Cómo podemos ayudar a las personas a escucharlo en un mundo tan ruidoso?

Como en toda relación con cualquier persona, necesitamos adaptarnos a lo que la persona dice y a su modo de ser. Efectivamente, toda vocación es un llamado de Dios. Y, al ser de Él, tengo que acostumbrarme a Él. No hay mejor forma de poder escuchar ese llamado que viviendo la vida que Él me da.

Si yo tengo una vida coherente es más fácil que pueda escuchar a Dios. Si mi vida la lleno de cosas que no son de Dios, de personas que no van con Dios, de circunstancias que no van con Él, es muy difícil que lo escuche. Nuestro corazón es como un vaso. Un vaso se describe por lo que está lleno: un vaso de agua, un vaso de refresco…, y así es nuestro corazón. Si yo lo lleno de Dios y de sus cosas, lo que va a iluminar mi vida van a ser Dios y sus cosas y entonces es más fácil que yo lo escuche. Pero si continuamente lo estoy llenando de todo lo que es contrario a Dios, pues es muy difícil poderlo escuchar. No hay mejor forma, para escuchar este llamado, que precisamente ir en esa dirección y hacer silencio.

Este llenarse de Dios implica, sobre todo, los momentos de oración que no solamente es rezar padrenuestros y avemarías que son muy buenos y válidos, sino meter un freno a mi vida y preguntar a Dios abiertamente: ¿qué quieres de mí? Y dejar que Él responda. Eso, junto con leer la Palabra de Dios, el tener dirección espiritual, momentos eucarísticos, etc.

Un ensayo sobre la cultura vocacional en el Regnum Christi
Para saber cuál es nuestra vocación, es necesario escuchar a Dios en la oración.

En el ensayo se habla de mentalidad, sensibilidad y pedagogía vocacional. ¿Podrían explicarnos cómo estos tres aspectos ayudan a crear una cultura vocacional auténtica?

Una cultura es un estilo de vida, un modo de vivir a nivel general. Cuando hablamos de cultura vocacional estamos hablando de una plenitud de vida, que lleva a buscar la plenitud de las personas. Esta mentalidad, sensibilidad y pedagogía abarcan tres elementos que van impulsando a la persona a buscar esta plenitud, del llamado de Dios en toda su existencia. No es solo una vocación a lo que yo hago, sino una vocación a lo que soy que se va actualizando también con el paso del tiempo. Tener esa mentalidad de Dios, tener la sensibilidad que se va limando y educando a través de la oración, de ese contacto con la Eucaristía.

Y luego una pedagogía que es todo un acompañamiento que se me da, en mi caso, en el Regnum Christi con todo un estilo de vida, de los cinco elementos del Regnum Christi en mi vida, en la sección, en la vida ordinaria que me lleva a vivir una vocación y creando una cultura vocacional. Un estilo de vida que ve el llamado de Dios en cada circunstancia y que quiere responder a ese llamado de Dios en cada uno de los aspectos de la propia vida.

Entonces son como esos tres elementos, primero la mentalidad de la persona, la sensibilidad de la persona y de las personas, de la institución, y luego los medios o elementos que van creando a través del acompañamiento y que ayudan a la persona a crear esa cultura vocacional.

Muchos jóvenes hoy sienten miedo al compromiso. ¿Cómo los anima este ensayo a dar un «» libre y confiado a Dios?

Para mí la palabra clave es «plenitud». Todo ser humano busca trascender, ser alguien y no solamente sobrevivir. El hecho de saber que Dios me ha creado para algo y para ser pleno en ese «algo» es precisamente lo que me puede llevar a dar ese «» libre, confiado a Dios. Solo Dios busca una felicidad para cada uno. Y es precisamente descubriendo, a través de los medios que el Regnum Christi me pueden ofrecer que es lo que este ensayo está tratando de ofrecer y de invitarnos a llevar a cabo, precisamente a buscar esa plenitud de corazón, esa plenitud de alma, esa plenitud de vida en cada persona.

Y sí, dar un paso siempre da miedo porque implica algo desconocido por delante, pero si durante toda mi vida estoy tratando de tener una relación personal con Cristo que me ama, que está enamorado de mí, va a ser más fácil dar ese paso, aunque me pueda costar al inicio. Es Dios quien me llama, es Él quien me ha acompañado, quien me ha formado, quien me ha salido al encuentro, quien me ha enviado a ser apóstol.

Y, entonces, ¿cómo no corresponderle más? Creo que esos son los elementos que van delimitando con aspectos prácticos este ensayo para poder invitar a los jóvenes a que no tengan miedo a Dios, que puedan sentir la libertad plena de responderle porque los va a llevar a esa plenitud. La respuesta que se le dé con generosidad, y tener una confianza plena en Él porque siempre está presente y nos ayuda. Siempre quiere nuestra felicidad.

¿Por qué es tan importante en la vida discernir cuál es tu vocación?

Es muy importante porque todos estamos hechos para algo, y todos somos parte de un eslabón. Y precisamente, el ir discerniendo, que no es simplemente el descubrir, discernir es un verbo mucho más profundo, es una reflexión hecha oración, es una reflexión hecha con alguien que puede ser una persona, pero sobre todo es con Dios; es bajar a mi corazón, es más profundo y ver para qué fui creado.

Y por eso la segunda parte del ensayo es muy bella porque es darse cuenta de que una vocación tiene diversas dimensiones: estoy llamado a la vida, estoy llamado a la fe, estoy llamado a una vocación especifica dentro de esa fe de la Iglesia que puede ser laical, que puede ser consagrada, que puede ser sacerdotal. Y el ir discerniendo, ir caminando, el hacer ese camino es apasionante, es bellísimo porque es ir descubriendo cómo la pieza del rompecabezas de mi vida va a ir encajando poco a poco.

Y por eso es tan importante porque si no, nada más sobrevivo en una rutina que no sé si es para lo que fui creado. Este discernimiento que todo católico debería de hacer, y más un miembro del Regnum Christi, es algo muy grande porque lleva a esa plenitud, una plenitud que puede ser en cualquier vocación.

Incluso dentro de una misma vocación hay, por sí decir, vocaciones pequeñas. Un sacerdote, por ejemplo, está llamado a ser no solo sacerdote, sino un sacerdote entregado a la juventud, un sacerdote entregado a ser profesor. Son vocaciones dentro de la vocación. El ser casado implica la vida matrimonial pero no se queda solo ahí. Es un llamado, dentro de la vida matrimonial, a ser una persona que tenga una inquietud por el ámbito social, algo a lo que mi empresa esté dedicada, etc.

El ensayo nos ayuda mucho con unas pautas que pueden ir guiándonos en esa dirección. No simplemente estancarnos, sino que estoy llamado a ser mucho más.

Un ensayo sobre la cultura vocacional en el Regnum Christi
El discernimiento nos ayuda a vivir una vida plena y feliz.

Muchas personas hoy no encuentran el sentido de su vida, viven deprimidos, sin ganas… ¿puede ser esto porque no han encontrado su vocación?

Sí puede ser que precisamente el no encontrar mi vocación plenamente me lleve a una tristeza, pero no necesariamente, porque hay personas que se encuentran en una plenitud vocacional y están estancados en su propia vida.

Hay muchos elementos, pero uno que yo subrayaría mucho es: si yo amo lo que hago, si yo amo lo que soy, ¿qué es lo primero que hago al despertar? El enfocar mi vida, el contar mis bendiciones y no en enumerar mis carencias. Esa actitud de vida que no es simplemente un optimismo barato sino una actitud sobrenatural de decir: «soy amado por Dios». Si Dios me tiene en este mundo y si vivo es precisamente porque Dios me ama y tiene esta confianza, tiene esta misión que me está regalando o me quiere acompañar en cada momento de mi vida, incluso en mis cruces, incluso en mis lágrimas.

Este cambio de paradigma o cambio de visión, este chip que tengo que meterme en mi corazón, en mi mente, es algo que ayuda mucho a vivir mejor la existencia, porque me da la impresión de que en nuestro mundo estamos sobreviviendo nada más, como flotando y viendo que pasa un día y pasa otro y no estoy haciendo nada, pero en realidad debería estar haciendo mucho. En ese sentido me impresiona mucho la meditación de Nazaret. Pensar que un Dios al que no se le escapa nada, que todo su plan está meticulosamente pensado, pensó que su Hijo encarnado pasara 30 años viviendo rutinariamente haciendo cosas de todos los días, en un servicio de carpintería, ayudando en la casa de sus padres, viviendo lo normal, lo que vivimos tú y yo. Para mí son igual de redentores esos 30 años que los tres años pasados predicando, haciendo milagros, curando enfermos, que las tres horas en la cruz, son igual de redentores porque de repente no importa qué hacemos sino cómo hacemos las cosas.

Cristo le puso el mismo amor a esos clavitos que estuvo clavando en su servicio de carpintería que al dejarse clavar en la cruz, porque no es lo que hacemos sino cómo lo hacemos. Y este cambio en el paradigma es algo que nos pasa a muchos católicos porque vivimos arruinados en un mundo que nos absorbe en un frenesí de mil actividades, metidos en el celular en todos lados, en el trabajo, y nos olvidamos de que podemos ponerle mucho amor.

Por eso me impresiona y me encanta esa frase de San Juan de la Cruz: «Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor». Y eso también es en nuestra vida, donde no hay amor, ponle todo el amor del mundo. Déjate abrazar por el amor de Dios, ve a las personas que están a tu alrededor y que sí te aman y vas a ver que vas a sacar amor en tu vida, aunque hagas cosas, entre comillas, sin sentido, porque es el amor de Dios y el amor que tú le pones lo que está presente en ese momento.

Un solo corazón, muchas respuestas


La cultura vocacional no es patrimonio exclusivo del seminario o los institutos religiosos. Para Pepe Mateos, laico consagrado y también autor del ensayo, es un horizonte que todos —laicos, sacerdotes y consagrados— están llamados a construir. «Todo comienza con entender la vida como un don con propósito», afirma. Y ese propósito necesita una respuesta.

Pepe Mateos, ¿cómo puede un laico, un sacerdote o una persona consagrada ser un promotor natural de la cultura vocacional en su entorno?

Me parece que lo que está al centro de una cultura vocacional es comprender la vida como un don que hemos recibido de Dios, que tiene un propósito, que es un llamado de Dios y que ese llamado espera una respuesta. Por otro lado, hay elementos comunes que son necesarios para que todas las vocaciones puedan florecer, por ejemplo, saber asumir un compromiso de por vida, vivir la fidelidad, saber posponer la gratificación por un bien mayor, saberse agachar a lavar los pies del hermano, aprender a gastar la vida por algo más grande que uno mismo, etc.

Comprendiendo de esta manera la cultura vocacional, todas las personas, sin importar su vocación específica, edifican una cultura vocacional cuando proponen, presentan, dan testimonio de todos estos temas que acabamos de mencionar. Todo miembro del Regnum Christi promueve una cultura vocacional cuando transmite estos valores en todo aquello que hace, en el apostolado con sentido amplio, no sólo en las actividades apostólicas, sino que en la propia vida transmite estos valores.

Un ensayo sobre la cultura vocacional en el Regnum Christi
El Regnum Christi busca salir al encuentro de las personas para revelarles el corazón de Cristo.

¿De qué manera este ensayo puede ayudar a los equipos y comunidades del Regnum Christi a vivir más profundamente su vocación?

Este ensayo ayuda a identificar el concepto de vocación y da claridad en la comprensión de las distintas vocaciones específicas, el camino de crecimiento vocacional y la manera de acompañar a las personas a alcanzar una plenitud vocacional.

¿Por qué es tan importante para el Regnum Christi que haya esa riqueza vocacional?

La felicidad y plenitud de las personas depende de que descubran su vocación personal y la vivan de la mejor manera posible, en su propia misión, el Regnum Christi busca salir al encuentro de las personas para revelarles el corazón de Cristo, la vocación es, quizá, la manera más clara como se expresa el amor personal de Cristo por cada uno.

Detrás del ensayo


Todo texto tiene un proceso, y Viviana Limón, consagrada del 
Regnum Christi, ha sido parte fundamental. «El ensayo comenzó a gestarse en 2021», cuenta. En ese momento, ya había una conciencia clara dentro del Regnum Christi sobre la importancia de acompañar a cada persona en su vocación. Sin embargo, también se vio la necesidad de tener una comprensión común de conceptos fundamentales: ¿qué es vocación? ¿qué significa plenitud vocacional? ¿cómo se hace un verdadero acompañamiento?

Viviana Limón, un ensayo como este no surge de la nada. ¿Cómo nació la idea?

El ensayo viene preparándose, de algún modo, desde el 2021. En la Iglesia y en el Regnum Christi hay una clara conciencia de la importancia de acompañar a cada persona a que descubra y viva en plenitud la vocación a la que Dios le llama. Ahora bien, vimos que era muy importante tener una comprensión común de lo que entendemos por vocación, acompañamiento vocacional, plenitud vocacional. También vimos necesario partir de fundamentos sólidos para poder vivir desde una cultura vocacional y llevar adelante una adecuada pastoral y promoción vocacional.

¿Cómo se eligió a los autores que participaron?

Buscamos que en la elaboración del ensayo participaran miembros de las distintas vocaciones en el Regnum Christi, con formación y experiencia en el tema vocacional.

¿Qué parte del proceso fue más desafiante? ¿Hubo algún descubrimiento o reflexión inesperada al irlo redactando?

Lo más interesante fue poder partir de lo que la Iglesia nos dice sobre el tema. Qué nos dicen los documentos del Concilio y del magisterio reciente, sobre la vocación, sobre la Iglesia, sobre la persona humana. Y ver cómo esto lo vivimos en el Regnum Christi y desde el carisma del Regnum Christi. Y darnos cuenta que lo que la Convención General dijo sobre el tema, estaba en total comunión con ello. Que vibramos con lo que la Iglesia dice y que queremos vivir la vida como vocación, como llamado y respuesta. Queremos conocer y promover todas las vocaciones y a la vez, acompañar adecuadamente en el discernimiento a la vocación de cada uno.

Un ensayo sobre la cultura vocacional en el Regnum Christi
Todo miembro del Regnum Chrsiti está llamado a promover una cultura vocacional.

El ensayo «¡Aquí estoy, porque me has llamado! Cultura, pastoral y promoción vocacional en el Regnum Christi» es, en palabras de quienes lo han preparado, una invitación a vivir con sentido. A descubrir el amor de Dios como origen de toda vocación. A escuchar, con corazón abierto, el llamado único que Él hace a cada uno. Porque responder a ese llamado no solo transforma la vida de quien lo escucha, sino que enriquece a toda la Iglesia. Y eso, hoy más que nunca, es una urgencia.

Noticia por: Regnum Christi Internacional

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