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Milagros Ortiz: “Misión Central ha sido un gran aporte para nuestra población”

Más de 20 universitarios alojaron durante cinco días en un colegio ubicado en Los Nogales, Estación Central. Se trata de Proyecta, el programa de verano que tiene el apostolado Misión Central y que consiste principalmente en hacer un trabajo más intensivo de lo que realizan habitualmente cada sábado. Aquí compartimos testimonios de los voluntarios y también de la comunidad.

 

En Proyecta los jóvenes realizan reparaciones de techos y casas durante un fin de semana, hacen talleres para los niños en las mañanas y en las tardes se intensifica la vida con la comunidad al visitar a las familias a las que se les han reparado sus casas en años anteriores, o al sumarse a actividades de otras organizaciones civiles que atienden a este sector. “Me he mantenido en el tiempo porque es un proyecto que no tiene descanso. Al ser constante durante el año, nos permite tener una sintonía con la población, a que seamos queridos por ellos y que nosotros queramos mucho más a la comunidad al conocer sus necesidades, trabajar con ellos y salir a su encuentro todos los fines de semana”, explica Martín Arriagada, exalumno del Colegio Everest, alumno de Medicina y quien coordina Proyecta junto a Dominga Fernández, también exalumna del Everest y que cursa Ingeniería Civil.

Martín participó en Proyecta por primera vez en diciembre pasado, donde estuvo como encargado de logística y durante el primer semestre, de este año, hizo clases de reforzamiento de matemáticas y lenguaje a alumnos del colegio San Alberto, todos los sábados.

Qué es Misión Central

Misión Central es un apostolado inspirado en el carisma del Regnum Christi que partió hace 10 años con exalumnos del Colegio Everest quienes fueron a pintar y reparar casas a la población Los Nogales. Al quedar motivados decidieron continuar con esa labor y, por recomendación de los mismos vecinos, comenzaron a dar talleres para los niños los sábados en la mañana de manualidades, fútbol y, desde hace poco, de ciencias. También empezaron a hacer reforzamiento escolar a alumnos de básica. Además, colaboran con otras organizaciones que realizan actividades con la comunidad. “Apoyamos iniciativas de los mismos vecinos para que no sólo sean propuestas nuestras, sino también hacer sinergia y sumarnos a lo que ellos hacen. Me gusta que los pilares consideren siempre la horizontalidad, donde el voluntario no sólo viene a ayudar y ser un “salvador” sino que en verdad viene a compartir con la comunidad y ver en qué pueden trabajar juntos, lo que lo hace muy humano”, afirma Dominga.

Los vínculos que se forman

José Miguel Figueroa, segundo año de universidad. José Miguel participa hace 5 años en Misión Central y desde hace uno que integra el equipo de reparaciones. “Lo que más me gusta de Misión Central es que tienes mucha facilidad para conocer a la gente, ver qué ayuda necesita e involucrarse con la comunidad. Uno en Proyecta tiene la posibilidad de involucrarse con la comunidad de muchas formas distintas y eso es muy positivo”.

Clemente Sánchez, alumno de primer año de universidad. Llegó hace dos años como voluntario a Misión Central. “Me he mantenido en este proyecto por dos razones: por su continuidad en el tiempo, ya que hay una constancia al ir todos los sábados a hacer reforzamiento escolar o talleres a los niños, como es en mi caso. Además, las familias que han sido ayudadas se vuelven a visitar, por lo tanto, no se pierde ese vínculo.

Lo segundo, es que se apoya de manera integral a la comunidad, no es una ayuda puntual y nos vamos, sino que nos sumamos a lo que los vecinos van necesitando. Este año me ha parecido que ha sido muy acertado Proyecta porque ha sido variado lo que ofrecemos: talleres diarios a los niños, reparamos varios techos de vecinos que lo requerían, y por otro lado se da una convivencia diaria con ellos que nos permite profundizar en nuestros vínculos. Los vecinos nos ubican en la calle, pues en estos 10 años han sido varias las familias que han recibido algún tipo de servicio de nuestro apostolado y eso es muy bonito. Las personas nos perciben como parte de su comunidad. En mi caso, a la familia que le reparamos una casa, después de varios días con ella, les daba pena que nos fuéramos, pero lo lindo de esto es seguimos viniendo semana a semana a lo largo del año y eso no se pierde”.

Ignacia Campos, primer año de universidad. Cuando cursaba segundo medio en el Colegio Everest se integró a este apostolado, donde trabajó en el área de talleres. Este año se trasladó al equipo de Comunidad, que se encarga de afiatar el vínculo con los vecinos de Los Nogales, y al mismo tiempo entre los voluntarios. “Me gusta la continuidad que tiene el proyecto porque eso permite tener una relación cercana con los vecinos, y ver el afecto que se nos tiene. Me ha encantado Proyecta porque nos ha permitido retomar la presencialidad totalmente y al mismo tiempo hemos podido realizar actividades diferentes a lo común, como el hecho de alojar en un colegio más retirado que al caminar más, nos permite tener más contacto con los vecinos, conocer y llegar a más personas. Hay un lazo con esta comunidad por las características de este apostolado. Con Proyecta, que nos quedamos varios días a alojar acá, profundizamos en esa relación”.

Martín Valderrama, alumno de medicina. Participa hace un año y medio en este apostolado. “Lo que me gusta de Misión Central es el impacto que se puede generar y la motivación es muy grande porque se establece un lazo con las familias de Los Nogales: las vemos siempre y espero seguir haciéndolo para poder ayudarlas a mejorar su calidad de vida. Las reparaciones fueron distintas a otros años, pero integrales. No sólo fue una reparación material, sino también emocional, al dignificar a la señora Rosa, que beneficiamos.

Lo que dicen algunos vecinos

Yolanda, octavo básico. Llegó a los talleres por la invitación que recibió de una voluntaria que fue a su casa a contarle de las actividades que había. “Ha significado mucho para mí porque me han ayudado con las tareas, a pasar de curso y esforzarme más. Aprecio que los voluntarios salgan de sus casas y vengan a ayudarnos. Durante la pandemia nos asignaron a un profesor por niño y gracias a eso pudimos comprender la materia y pasar de curso”.

Milagros Ortiz, dueña de casa. Conoce a Misión Central desde hace varios años. “He recibido mucha ayuda con los niños. En Proyecta a mi hijo lo invitan a salir de la rutina de la casa para que salga a jugar y se distraiga. Llega feliz contándome las actividades que realizan ustedes con ellos. Misión Central ha sido un gran aporte a la población Los Nogales”.

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