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Nancy Nohrden CRC, directora general de las Consagradas del RC: “El horizonte es apasionante”

Norteamericana, y  única mujer de 6 hermanos, se consagró a los 24  luego de un camino de larga oración. “Su llamado fue claro, determinante y unificador”. Nancy Nohrden, estuvo en nuestro país a comienzos de abril visitando a las comunidades de las consagradas. En esta entrevista aborda los desafíos que tiene como directora general de las consagradas y como miembro del Colegio Directivo General de la Federación del RC, de cara a la Convención General.

Nancy junto a su familia.

Nancy Nohrden proviene de una familia de seis hermanos, ella la única mujer. Nació en Seattle, Estados Unidos, pero la vida la llevó a terminar sus estudios de preparatoria en Massachusetts. Después de estudiar una licenciatura en filosofía y trabajar en una firma de abogados, se consagró en 1998, a los 24 años. De su decisión de consagrarse, recuerda que fue un camino largo de oración, lucha interior y búsqueda hasta descubrir que el Señor la llamaba a ser toda suya. “Su llamado fue claro, determinante y unificador. Descubrí, poco a poco, que me ofrecía amor, felicidad y plenitud sirviéndole como consagrada del Regnum Christi. ¡Es un regalo enorme y estoy feliz!”, recuerda.

De ahí en adelante su vida giró en torno a la formación y apostolado; primero, en Greenville,
Rhode Island y después se lanzó a su primera misión: giras vocacionales y el ECYD en Alemania
durante cinco años. “Melanie Zoll y yo tenemos uno de los “records” de más años seguidos en una gira juntas ¡4!”, comenta. También trabajó con jóvenes en los colegios del RC en St.Louis, Missouri y Atlanta, Georgia, Estados Unidos.

Junto a la comunidad sede de la DG de las consagradas, en Roma.

De 2012 a 2020 fue directora territorial de las consagradas en Norteamérica. Ahora reside en Roma y sirve a las consagradas y a toda la familia RC, siendo la directora general de la Sociedad de Vida Apostólica de las Consagradas del Regnum Christi y miembro del Colegio Directivo General del RC. “Veo la importancia de seguir dando a conocer más profundamente nuestra identidad de consagración laical en el RC tanto a sus miembros como a la Iglesia y a la sociedad, en general. Nos damos cuenta de que la nuestra no es una vocación que se entiende automáticamente “desde fuera” y por eso estamos contentas de tener oportunidades para explicar y, mejor aún, compartir nuestra vida de alguna forma con los demás”, responde al
preguntarle por los desafíos que presenta estar a la cabeza de la Sociedad de Vida Apostólica de las Consagradas del Regnum Christi.

¿Qué otros desafíos tienen la Sociedad de Vida Apostólica de la Consagradas y cómo pueden las otras vocaciones del Regnum Christi apoyarlas?
Antes de hablar de los desafíos, quisiera comentar algo que he visto en mis visitas a las comunidades de consagradas de todo el mundo: ¡he podido recoger muchos signos de esperanza!

He visto consagradas afianzadas en Dios, que cuidan su relación con Él y que comparten este don con entusiasmo. He visto compromiso de todos los miembros con la misión de hacer presente el Reino de Cristo en este territorio. También he percibido el compromiso y seriedad por contar con la capacitación adecuada para desempeñar el trabajo con el que se comprometen.

En cuanto a los desafíos, creo que otro reto que enfrentamos tras nuestra crisis institucional fue ir caminando hacia comunidades maduras con una vida fraterna que sean verdadero espacio de hermandad, que impulsen y acompañen a las consagradas. Para ello había que pasar de una cultura, en la que en cierto sentido se buscaba la perfección externa, hacia la capacidad de reconocer y confrontarse con las imperfecciones de la vida y vivirlas en comunión. Esto ha requerido la renovación en el ejercicio de la autoridad y de mayor corresponsabilidad sobre una base de confianza mutua. Seguimos en este camino que requiere acciones y gestos muy intencionales, y, gracias a Dios, podemos decir que está dando vida.

Con miembros de su consejo y las directoras territoriales de las Consagradas.

Otro reto muy importante para nuestra misión es asumir que a lo largo de los últimos 10 ó 15 años hemos disminuido mucho en número de consagradas en el mundo. Es lógico que la consecuencia es no poder asumir las mismas responsabilidades apostólicas que asumíamos en el pasado. El gran reto es mirar esta realidad con esperanza y con realismo, encontrando el lugar donde su presencia y acción evangelizadoras puedan tener un mayor impacto para la construcción del Reino.

Yo pediría a las otras vocaciones del Regnum Christi que nos miremos entre nosotros con esperanza y que busquemos siempre el diálogo para servir juntos a nuestra misión evangelizadora. Esta familia espiritual y cuerpo apostólico es hermoso y es un don “misionar” juntos.

 ¿Qué valor, o característica, ve que es propia del Regnum Christi en nuestro territorio?
Veo dos elementos que me han llamado especialmente la atención en este territorio. Por un lado, una misión evangelizadora unida. Me han sorprendido especialmente los centros de misión, en los que se puede vivir la vida del Regnum Christi en familia. Veo centros, en los que se producen verdaderos encuentros con el Señor y entre las personas que son miembros o amigos del Regnum Christi. Por otro lado, he visto un verdadero compromiso, sostenido en el tiempo, y reflejado en personas y obras, con la educación. Me he encontrado con equipos de personas consolidados y con colegios y una universidad centrados en ofrecer una educación de excelencia, con una profunda huella evangelizadora.

Chile tiene indicadores más parecidos a países europeos en cuanto a la secularización de nuestra sociedad, para usted que viene de Italia y conoce la realidad de esos países ¿Cómo se expande el Reino de Cristo en sociedades más agnósticas o con menos sentido de transcendencia? ¿Qué rol tienen en ellas las consagradas?
Es difícil responder a esta pregunta. No creo que haya recetas fáciles de replicar. El Regnum Christi, como cualquier realidad que quiere imitar a Jesús que se encarnó y vivió en nuestra historia, debe estar completamente inserto en las realidades sociales que viven las personas, las familias y desde ahí ser testimonio.

Esto requiere tener miembros en las localidades observando la realidad que habitan para discernir esta pregunta: ¿Cómo nos envía Jesús como apóstoles suyos? ¿Quiénes somos y cómo podemos responder a su envío de ser y formar apóstoles? Jesús envió a sus apóstoles a lugares muy parecidos a los que vivimos hoy y les dijo que transmitieran lo que habían visto y oído. Nosotros debemos hacer lo mismo, ser transmisores de la experiencia personal de Cristo que hemos tenido, yendo con Él, en la sociedad que habitamos. Esto no siempre lo haremos con palabras, a veces, sin hablar de Jesús, sólo con nuestro testimonio seremos sus testigos, otras veces será a través de palabras o de gestos, de obras y programas.

¿Qué ha significado para usted ser la directora general de las consagradas en sus primeros años de Sociedad de Vida Apostólica y al mismo tiempo ser miembro del Colegio Directivo General de la Federación del Regnum Christi en sus inicios?
Está significando un tiempo de mucho aprendizaje que requiere, por mi parte, oración, escucha y diálogo en todas las instancias en las que participo. Tanto en la Asamblea General de 2020 como en la Asamblea General del Regnum Christi, del mismo año, se tomaron decisiones importantes tanto para el Regnum Christi como para la Sociedad de Vida Apostólica de las Consagradas.

Mi papel como directora general de las consagradas supone servir de tal forma que permita que lo que afirmamos en esos dos momentos, se convierta en vida. Esto implica perseverancia en la proclamación de la identidad y misión del Regnum Christi – ¡nunca sobra repetir nuestra razón de ser, que es hacer presente a Cristo mismo en este mundo! También me ha tocado colaborar en la implantación de las estructuras de gobierno que nos propusimos, para permitir que la misión del Regnum Christi esté en el centro de nuestras vidas, y llevar a cabo los encargos que la Asamblea dejó al gobierno general de las consagradas.

Todo esto es un verdadero reto, pero con la ayuda de Dios y el esfuerzo de todos por vivir la comunión a la que El Espíritu Santo nos invita, estoy segura de que el panorama de esperanza y de ilusión por evangelizar para las próximas asambleas, será mucho mayor.

¿Qué espera como consagrada y miembro del Colegio Directivo General de la próxima Convención General del Regnum Christi?
Tengo mucha esperanza en nuestra próxima Convención General del Regnum Christi, que -con la ayuda de Dios-, tendrá lugar en abril de 2024. Será la primera vez que nos reunamos
representantes de todas las vocaciones después de un largo proceso de reflexión para discernir
sobre la concreción de nuestra misión en el mundo de hoy.

Mi esperanza se funda en poder darnos la oportunidad de observar juntos los signos de los tiempos y escuchar al Espíritu Santo: saber qué quiere de nosotros, como familia espiritual y
cuerpo apostólico. Espero, en definitiva, que podamos salir con algunas respuestas a preguntas fundamentales:

¿Cómo quiere Dios que el Regnum Christi responda a los desafíos que la sociedad presenta hoy? ¿Qué campos apostólicos debemos priorizar? ¿Qué novedad nos trae el Espíritu Santo después de estos años de discernimiento y de conocimiento mutuos? Sé que no todo se resolverá en una convención, pero estoy segura de que podremos visualizar pequeños pasos significativos para el Regnum Christi. ¡El horizonte es apasionante!

Y, antes de terminar la entrevista, ¿Qué fue lo que le atrajo del Regnum Christi que le llevó a elegir una vida de consagrada?
Gracias a Dios, mi madre conoció al Regnum Christi después de nuestra mudanza de California a
Massachusetts. Poco a poco íbamos descubriendo el tesoro de los Legionarios de Cristo, de las
consagradas y de otros miembros del Regnum Christi. Aunque conocía a algunas consagradas en
prepa, no fue hasta después de terminar la carrera que entré en más contacto con ellas. Desde el inicio me impresionaban por su vida de oración, especialmente vida eucarística, y fidelidad a la Iglesia. Me daban confianza por transmitir lo que era estar en el centro de nuestra fe católica, muy equilibradas y no polarizadas hacia “la derecha” ni hacia “la izquierda”. Y, sobre todo, vi como lograron lanzar apóstoles, no dejando a las personas cómodas e inactivas en la vivencia de su fe, sino reconectándolas con su llamado bautismal de ser apóstoles en este mundo. ¡Todo esto con un trato humano tan cercano, amigable y natural.

 

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