Regnum Christi Chile

P. Pablo Redondo LC y su participación en la III Asamblea Eclesial: “Se me hizo muy patente el poner a Cristo al centro y dejarnos guiar por los criterios del Evangelio”

Durante el fin de semana del 7 al 9 de octubre, 600 personas de diferentes diócesis, movimientos, vocaciones y realidades eclesiales se reunieron para reflexionar y establecer acciones de mejora al interior de la Iglesia. El Padre Pablo participó en representación de la Universidad Finis Terrae, en su rol de capellán.

 

Durante todo este año, la Conferencia Episcopal, que reúne a todos los obispos y administradores diocesanos en ejercicio de nuestro país, trabajó arduamente en este hito. Se trata de su tercera versión, pues la Asamblea Eclesial anterior se realizó en 2013 y la primera en 2007. “Era el punto de llegada de un proceso de reflexión que comenzó hace varios años por los casos de abusos y crisis que vivimos como Iglesia local después de la visita del Papa Francisco, lo que puso de manifiesto la necesidad de realizar cambios, analizar lo que había sucedido, lo que había faltado y ver cómo se podía responder mejor a las necesidades de la Iglesia en Chile”, explica el Padre Pablo.

 

En 2018 se inició este proceso de reflexión al que se refiere el Padre Pablo, y que se alargó producto de la crisis social de 2019 y luego con la pandemia. Dentro de los resultados, destacan el Informe de sistematización de lo discernido en 2019, los aportes a la Asamblea Latinoamericana en 2021, y el informe que cada diócesis elaboró con sus principales reflexiones en vista al Sínodo sobre la Sinodalidad. Estos documentos están disponibles en el sitio web de la Conferencia Episcopal y fueron parte de los recursos con que trabajaron en esta tercera Asamblea (www.asambleaeclesial.cl). 

Las 600 personas convocadas trabajaron durante tres días en largas jornadas. Se organizaron en comunidades para trabajar en alguno de los ámbitos que se habían definido previamente desde el camino sinodal recorrido: transparencia, representatividad, toma de decisiones, liturgia, manejo de conflictos, entre otros. “Teníamos como objetivo escucharnos, revisar el análisis hecho, ver mejoras y qué cambios realizar”, afirma el Padre Pablo. A su juicio, “la experiencia vivida fue un proceso de conversión del corazón” para cada una de las personas que participaron en la Asamblea Eclesial. “Se me hizo muy patente el deseo de todos por poner a Cristo al centro y dejarnos guiar por los criterios del Evangelio. Creo que el Espíritu Santo estaba moviendo el corazón de las personas”, destaca. Su comunidad estaba integrada por diferentes realidades de nuestra Iglesia: un diácono permanente, una religiosa que era de la Patagonia, una joven que trabaja en la pastoral de la niñez en la zona de la Araucanía, una persona que trabajaba en la pastoral familiar, un carabinero que estaba en la pastoral castrense, además de representantes de trabajo con matrimonios, cursillos de cristiandad y la esposa de un diácono permanente. “Nuestro propósito era aportar desde la propia experiencia, desde nuestra realidad”, comenta el Padre Pablo.

Durante los días que duró la Asamblea, los participantes tuvieron momentos de oración, adoración al Santísimo e incluso se habilitó una capilla de adoración continua para que otras personas acompañaran el proceso de manera espiritual. Si bien, las reflexiones estaban más bien dirigidas a la estructura diocesana, como miembros del Regnum Christi estamos llamados a participar en la renovación eclesial. “Las conclusiones en los diferentes ámbitos, pueden también concretarse al interior de nuestra realidad”, comenta el Padre Pablo.

Como resultado de esta III Asamblea Eclesial se establecieron ciertas líneas de acciones concretas para las diferentes temáticas abordadas, las que están abordadas en un documento recién publicado por la Conferencia Episcopal.

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