El pololeo no solo es una etapa de preparación para el matrimonio, sino también una oportunidad para crecer en el amor. Para Mane García y Cristóbal González, miembros del Regnum Christi, Cristo ocupa un lugar especial en su relación, que ya lleva casi siete años. Ambos destacan cómo su fe les ha ayudado a afrontar las alegrías y los desafíos de su camino juntos.
¿Qué significa que Cristo reine en su pololeo?
Para Mane, de 24 años, ingeniera comercial y trabajadora de la Clínica Universidad de los Andes, Cristo transforma su relación: “el tener tan presente a Jesús en nuestro pololeo, donde ambos le damos el espacio, hace que el pololeo se eleve completamente. Las dificultades, diferencias y circunstancias se hacen notablemente más llevaderas porque es Él el que nos guía por el mejor camino a ambos. Me encanta pensar que Dios ve nuestro pololeo como una gran oportunidad para que ambos podamos acercarnos a Él”.
Cristóbal, 25 años, ingeniero civil industrial, trabaja en Falcom Asset Management, coincide: “que nos lleva de la mano en todo lo que hagamos, nuestras penas y alegrías, y confiamos en que Él hace que nuestro camino sea con una mirada en lo que Él quiere para nosotros, amar al otro como Dios quiere que él ame y verla todos los días como un regalo”.
¿Dios siempre ha sido parte de su relación?
“Sí y no. Si bien ambos hemos tenido una educación muy apegada a Dios y familias muy religiosas, no siempre hemos tenido esa relación de amistad tan personal con Él. La hemos ido desarrollando posterior al colegio y ha hecho que nuestro pololeo sea mucho más maduro, cariñoso, respetuoso y, sobre todo, entendernos como un gran don el uno para el otro”, explica la Mané.
Por su parte, Cristóbal relata que “no siempre. La Mané era la que me llevaba a mí en ese camino desde el principio porque estaba bien metida. Fue en el tercer año de pololeo, después de un período aún más oscuro en mi fe, que logré ver el amor que Dios me tenía. Desde este momento, con la Mané hemos podido crecer mucho más en un amor generoso, que se da a sí mismo sin esperar nada a cambio, de querer el bien del otro por sobre el propio”.
¿Qué consejo le darían a quienes buscan que Cristo reine en su relación?
Mane subraya la importancia de aceptar la imperfección y buscar la autenticidad: “primero, que no crean que el dejarlo a Él actuar implica una renuncia a todo y que hay que ser ‘perfecto’. Es ahí cuando nos entendemos como personas frágiles y necesitadas de Él. Segundo, no se dejen llevar por las ‘parejas perfectas’ que uno ve. Probablemente la forma de otras personas de llevar a Dios no sea la tuya, y eso es un aprendizaje que hay que hacer en conjunto”.
Cristóbal por su parte opina que “en toda situación, tanto en familia, con amigos o cuando están solos, se pregunten: ¿Cómo amaría Cristo a esta persona que tengo al frente?’ y obren de acuerdo con eso”.
¿Cómo se ayudan mutuamente a seguir este camino?
Para Mané “la clave de fondo para poder ayudar al otro es rezar por el otro. No hay nada más valioso que encomendárselo a Dios y a María en el día a día”. Cristóbal añade que “mucha conversación, incentivándonos a ir a misa juntos, tener momentos de oración en conjunto y darle un sentido más profundo a nuestra relación”.
¿Qué es lo mejor y lo más difícil de dejar que Dios reine en su relación?
Ambos coinciden en que confiar en Dios les da paz, pero no sin desafíos: “lo mejor es la tranquilidad de saber que es Dios el que está permitiendo que este pololeo se desarrolle y avance hacia ese amor auténtico”, afirma Mané.
“Lo más difícil es contenerse a uno mismo y dejarse de lado para buscar el bien del otro y la felicidad de él/ella por sobre la propia, el acto de generosidad más grande que Dios nos dejó como legado”, dice Cristóbal.
¿Qué significa el Regnum Christi para ustedes?
Mane dice: “Para mí ha sido el mayor canal por el cual he podido conocer más a Dios, asombrarme de su cercanía y amor. Es una familia donde me siento acogida y escuchada”.
Cristóbal complementa, “una comunidad de personas que siguen un mismo ideal: buscar el cielo. Me gusta la forma en que presentan a Cristo como un amigo y un modelo de vida”.