Regnum Christi Chile

Silvia Levín: “El Regnum Christi cambió mi vida”

A Silvia se le conoce por Chila, una mujer espontánea, de voz fuerte y alegre. Muchos miembros del Regnum Christi de Viña del Mar la mencionan como la responsable que los inició en este camino espiritual. Y es esperable, si tal como ella misma lo dice “toda mi vida es Regnum Christi, respiro como Regnum Christi”, a lo que se añade un liderazgo natural.

 

Silvia vivió durante varios años en Viña del Mar, ciudad a la que llegó por el trabajo de su marido, Gaspar Espejo, con quién tiene 44 años de matrimonio. Fue en ese período que conoció el RC través del colegio de su hijo, que era laico, pero en el que trabajaba un sacerdote Legionario de Cristo. “El Regnum Christi cambió mi vida, mi forma de vivir la religión y mi espiritualidad”, afirma.

Se incorporó el año 91 y desde entonces reconoce que ha sido muy feliz. “Me di cuenta lo maravilloso que es porque se vive conforme al mensaje del Evangelio”, comenta. La vida familiar de los Espejo Levín se ha desarrollado en torno al Regnum Christi: sus cuatro hijos crecieron en el ECYD, luego fueron parte de Reino de Jóvenes e incluso, la tercera de ellos se fue de colaboradora a Brasil. “Nos fuimos conformando en una familia muy Regnum Christi, con un fuerte sentido de apostolado y de vivir alegremente porque sabemos nuestra vida camina, en todo momento, de la mano de Dios”, añade.  

Durante su paso por Viña del Mar, Chila formó, junto a otras personas, varios apostolados como ANSPAC, Familia Unida, NET e incluso fue responsable de la localidad, ya que no había un sacerdote viviendo allá que estuviera presente todo el tiempo. “Toda mi vida es Regnum Christi, respiro como Regnum Christi”.

Una vez que se trasladó a Santiago, integró un nuevo equipo en la sección señoras de Las Condes, cuyo factor común es que todas, en algún momento de sus vidas, pasaron por Viña del Mar. “Para mí los encuentros con Cristo son sagrados porque es una instancia en que puedo llenar mi pozo espiritual y que me alimenta enormemente”, añade.

Actualmente junto a su marido son consejeros matrimoniales de Familia Unida, labor que realizan hace más de 20 años y en la que ayudan a matrimonios en crisis. “Es una labor silenciosa, pero muy fructífera porque cuando tú logras que un matrimonio se arregle, estás salvando a una familia y les estás dando un ejemplo maravilloso a los hijos de que las cosas se pueden arreglar”, explica.

Para Chila, quien participó en el triduo de renovación de agosto, es un volver a comenzar. “Hay una frase que uno dice en la incorporación y renovación que a mí me ha motivado siempre: A mí me toca, de mi depende, y de mí depende que las palabras del Señor no se pierdan, que lleguen y den fruto”.

 

Chila y su equipo del Regnum Christi.

 

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