Como alumno del colegio La Cruz participó desde los 13 años en diversas actividades del Regnum Christi. Actualmente cursa tercer año de ingeniería civil, estudios que combina con su activa participación en la pastoral para jóvenes del RC y que lo llevó a hacer el Camino de Santiago de Compostela los días previos a la JMJ. “Mirar hacia atrás y ver a la multitud hincada frente a la Eucaristía, que eran un millón de personas, fue impresionante”, reflexiona Nicolás.
¿Por qué decidiste hacer el camino de Santiago de Compostela?
Sentí que era algo que tenía que hacer sí o sí alguna vez en la vida. Internamente yo sabía que lo tenía que hacer, pero no sabía cuándo. Hasta que se me dio la oportunidad con el plan que ofrecieron para Reino Jóvenes de hacer el camino y participar en la JMJ. Se me dio todo y dije ya, ahora o nunca.
¿Qué enseñanza te dejó el Camino de Santiago de Compostela?
Fue, en verdad, literalmente descansar en Dios y dejar que me guíe por el camino. Mi enseñanza más grande fue que al final Dios te va poniendo donde Él quiere y uno tiene que reposar en Él. Había veces en el camino en que uno se veía por los caminos complementarios o por caminos más largos o con distintas personas y al final esas personas están porque Dios quiere que estés con ellas. Los caminos son porque Dios quiere que pases por esos ellos. Algunas veces el camino se puede ver muy oscuro, pero en verdad es porque Dios quiere que pases por ahí porque todos tienen una razón final. Después de la lluvia viene el arcoíris, entonces Dios sabe que es necesaria la lluvia para que aparezca el arcoíris. Fue descansar en Dios y ver cómo Él me fue sorprendiendo con cada pedazo del camino.
Durante la JMJ se lanzó la campaña Heaven Spoiler, ¿qué es un Heaven Spoiler para ti?
Para mí, el Heaven Spoiler es hacer que cada persona con la que tengas un encuentro diario tenga un encuentro de Dios, que logre ver algún pedacito del cielo, que logre que su día esté un poco más feliz de cómo estaba antes de haberte visto. Eso para mí es ser un Heaven Spoiler.
¿Qué significó para ti participar en la JMJ?
La JMJ, en pocas palabras, fue un Cristopalusa. Fue en verdad una fiesta de la juventud enorme, alegre, y lo más impresionante fue que todo el mundo estaba por la misma razón, el mismo centro. Encontrarte con gente de todos los países, diferentes banderas, las canciones y los bailes fue increíble. Un recuerdo que tengo es en el último día, cuando hicimos la adoración: mirar hacia atrás y ver a la multitud hincada frente a la Eucaristía, que eran un millón de personas, fue impresionante.
¿Qué viene ahora, con el regreso a lo habitual?
Seguir caminando. Igual que en el camino, a reposar en Dios y confiar que Él me va a guiar por el camino que Él quiere y el que es más necesario para mí. Entonces a descansar en Dios y a confiar en Él.
