Llegó a esta ciudad a mediados de 2021 luego de vivir su ministerio sacerdotal por nueve años en Colombia. Actualmente es vice encargado en funciones del Centro de Notre Dame de Jerusalén, una institución pontificia que hospeda a 70.000 peregrinos al año y que desde 2004, por decreto de San Juan Pablo II, es cuidada y gestionada por los Legionarios de Cristo. Además, consagradas del Regnum Christi dan atención y acompañamiento a los visitantes.
El Padre Fernando Morales LC, mexicano, conoció al Regnum Christi en unas misiones de Semana Santa. “Me pareció que el Regnum Christi se toma muy en serio a los laicos y les da una formación muy esmerada”, reflexiona sobre qué le atrajo del Regnum Christi. Una vez ordenado sacerdote ejerció su labor en Colombia para luego aterrizar en Israel. “Es un privilegio muy especial vivir mi vocación en Jerusalén. Es la tierra de la Biblia y aquí uno alcanza a comprender el Evangelio de una manera mucho más fuerte. Estando en el lugar de los hechos, el contexto habla por sí solo, entonces eso ha ayudado mucho a mi vocación, a conocer más de cerca a Jesucristo a través de Evangelio”, enfatiza. El Padre Fernando tiene un canal de youtube donde cada semana reflexiona sobre el Evangelio dominical desde los lugares santos en que ocurrieron esos pasajes de la Biblia.
En estos días de conflicto el Centro está funcionando mínimamente con algunos huéspedes que tienen estadías más largas, atendiendo a personas locales en sus tres restoranes y ofreciendo misa y hora eucarística a diario en su capilla. Hasta ahora en Notre Dame viven cinco sacerdotes legionarios de Cristo y tres consagradas del Regnum Christi.
¿Pudieron evacuar a todos los peregrinos?
Actualmente todos los peregrinos salieron. Las evacuaciones no dependen de Notre Dame, sino de cada grupo, líder o agencia de viajes; pero nosotros los auxiliamos en todo lo necesario y a los que tenían que extender sus días aquí, por cancelación de sus vuelos, se les brindó todo el auxilio y acogida que necesitaban.
¿Tienen actividades hacia la comunidad local que siguen manteniendo a pesar de la guerra?
En Notre Dame tenemos la iglesia que sigue ofreciendo una hora de adoración eucarística todos los días, y después de eso la misa y confesiones. Sigue viniendo gente, las personas que viven en Jerusalén son nuestros principales feligreses. En otras palabras, nosotros atendemos a católicos extranjeros que están viviendo en Jerusalén, por motivos de trabajo, y la gran mayoría de ellos siguen aquí.
¿Pueden salir del Centro y atender a la comunidad católica entregando por ejemplo los sacramentos como unción de enfermos, confesar y hacer misas abiertas para quien quiera acudir?
Sí podemos seguir saliendo. El centro de la ciudad de Jerusalén sigue funcionando con “cierta” normalidad, digo cierta normalidad porque al no haber peregrinos todo el sector de las peregrinaciones está bloqueado y también muchas oficinas públicas están cerradas. Hay muchas cosas que no están funcionando, pero en general la gente sigue en las calles, los autos siguen transitando, aunque muy poca cantidad.
La gente está más bien resguardada en sus casas, pero hay una cierta normalidad. Ahora no es que nosotros ofrezcamos sacramentos fuera porque sólo el 2% de la población de Tierra Santa son cristianas, quienes son atendidos por sus propias parroquias y no dependen de nuestra comunidad de sacerdotes.
Sí se puede visitar, por ahora, las casas en Jerusalén. Distinto es en las zonas del conflicto, pero la cantidad de cristianos ahí es poca. Concretamente donde sí hay una parroquia católica es en Gaza, y están enfrentando bastantes peligros. Aquí en Jerusalén no se dan esas circunstancias.
¿El Papa Francisco, les ha pedido al Centro alguna labor especial en medio de este conflicto?
Ninguna. Estamos aquí sobre todo para apoyar a los cristianos locales y especialmente a quienes trabajan con nosotros, y ese es nuestro principal objetivo en este momento dado que estos cristianos sobre todo los que viven en Belén no pueden venir a trabajar. Nosotros, no por encargo nuevo, sino por nuestra misión encomendada por el Papa buscamos apoyarlos económicamente para que puedan seguir manteniendo a sus familias. Por eso hemos lanzado una campaña de recaudación para poder apoyarlos en estas circunstancias especiales cuando no hay peregrinos.
¿Cómo se abastecen de alimentos?
Hasta el momento no hay ninguna dificultad, aunque hay zonas de guerra en el país. Jerusalén no es una zona de guerra, gracias a Dios. No hay escasez de alimento y sigue funcionando todo con cierta normalidad.
¿Cómo se financia el Centro sin peregrinos?
Seguimos funcionando en mínimos. En el centro tenemos tres restaurantes, y los tres siguen funcionando con muy poca gente. También tenemos algunos huéspedes, ya sea porque viven aquí todo el año, y otros que han venido por el conflicto, como es el caso de los periodistas, que han llegado de varias partes del mundo y que están alojados en el Centro.
Aunque son números muy bajos, con eso se alcanza a percibir algo, y luego el resto, aunque no es muy rentable seguir funcionando, algo ayuda a minimizar el golpe económico. Más que pérdidas, estamos dejando de percibir muchísimos ingresos porque octubre y noviembre son los meses más fuertes de todo el año y precisamente han terminado siendo los meses vacíos.
¿Algo que podamos hacer como Familia RC por nuestros hermanos de Jerusalén?
Sobre todo orar. Orar en serio por la paz, por las personas que más están sufriendo. Luego, también los que pueden apoyar esta campaña de ayuda para los empleados, sería un bello gesto. En la segunda carta de San Pablo a los Corintios (caps. 8 y 9) se habla de San Pablo que hizo una colecta en las Iglesias para ayudar a la de Jerusalén que estaba sufriendo. Pues eso mismo hoy se actualiza, y este es un muy buen momento para participar de ello.