A fines de mayo y comienzo de junio se realizaron estas instancias de formación, de cada sección, en Calera de Tango. Los hombres profundizaron en “Ejercicios ignacianos para nuestros días”, mientras que las mujeres se centraron en “El poder sanador de la gracia en los sacramentos”.
Luis Alfonso Le-Fort Pizarro, quien es miembro del Regnum Christi hace 30 años, participó junto a otros 18 señores en el Triduo que dirigió el Padre Pablo de Juan L.C. “Es una oportunidad de alejarse del ruido del mundo para tratar de estar con Dios en silencio y tranquilidad”, comenta. Casado hace 19 años con Rosario Izquierdo, con quien tiene ocho hijos, valora ver a otros perseverar en la fe. “Este camino no se vive solo sino en compañía”. En su caso conoció al Regnum Christi en su período universitario, en trabajos de población en la Pincoya y otros voluntariados de verano e invierno. “Vi que era un camino para vivir la fe y una instancia de formación que nunca había tenido, que me dio la oportunidad de conocer más a Cristo y su doctrina”, agrega. Respecto al Triduo de junio destaca dos puntos: “Dios hace nuevas todas las cosas (Apocalipsis) y es necesario el silencio para poder escuchar y hablar con Dios”. Al momento de elegir el mensaje que más le llegó, comparte lo siguiente: “Rezar sin ganas para tener ganas de rezar. Me pareció de la esencia de la vida del miembro del RC en la parte contemplativa. Siempre tenemos que poner algo de nuestra parte, el tiempo, para poder estar con Dios”.
Triduo de señoras
Bárbara Mujica se incorporó al Regnum Christi en junio de 2000. Para ella, los triduos son una instancia de renovación. “Es pescar la brújula de la vida y poner el norte donde está”. A su juicio, en el Triduo y, ante la presencia del Espíritu Santo, se aprende a hacer las cosas desde otra manera: desde la oración, reflexión y silencio. “Lo más maravillo de ir a triduos es poner las cosas en su justa medida: definir aquello que es importante, hacer un plan de acción, ordenarse y retomar lo que se ha ido trabajando”. Además, destaca que el tema que se aborda este año es transformador. “Me quedo con un corazón calentito, mucho más cercano a Dios y sobre todo sabiendo mucho más lo que quiere Dios de mí”.
Para Loreto Cornú, quien pertenece al Regnum Christi desde 1995, fue un encuentro con Cristo resucitado. “Me quedo con la presencia de Dios que nos sana a través de los sacramentos y de la oración. Un Dios que limpia mis lágrimas y las transforma en alegría”.