Un día con, busca acercar las vocaciones desde su vida ordinaria, desde su día a día y su propia realidad. La idea es ir conociendo a distintas personas que son parte del Regnum Christi: laicos, matrimonios, consagradas, sacerdotes y laicos consagrados. Esta vez es el turno de Almudena Fernández, quien cumplió 25 años de consagrada en agosto y nos cuenta cómo es su día a día.
¿Cómo es un día típico y qué haces, en qué orden?
Lo primero que hago es levantarme, después prepararme e ir a misa en casa con la comunidad. Después de eso, rezo, tengo una hora de oración personal y después desayuno.
Luego me preparo para ir al colegio, hago mi cama, organizo mis cosas, hago cualquier pendiente que tenga en casa y salgo para el cole. Estoy durante la mañana en el Col
egio Cumbres, donde a veces almuerzo y a veces no.
En el colegio estoy en los patios acompañando a los alumnos, en la comunión, en la hora del recreo, reuniones con coordinación con el departamento, me meto en las clases de formación católica, hago un consejo de curso, me junto con gente. Si almuerzo en el cole, estoy un ratito más después y me voy a Piedra Roja.
Ahí estoy toda la tarde, desde las cuatro más o menos, hasta las ocho o diez, según los días y lo que haya. En Piedra Roja es mucha atención personal, gente que pide acompañamiento y son citas, a veces tengo una tras otra.
Un día a la semana tengo reunión con el equipo de trabajo, otro día tengo acuerdos, hay cosas fijas: lunes con los lunes RC, los martes con seguimientos de YIÓS, los viernes con los Gospel de Search, los jueves tenemos todos los equipos de media y hora eucarística. Y luego reuniones de proyectos con jóvenes que vienen a trabajar, a preparar cosas.
¿Cuál es la clave de un buen día para ti?
Para mí, la clave de un buen día es empezarlo con la oración. El poder antes de empezar a trabajar, hacer cosas y ocupar la cabeza y el corazón para emplearse humanamente, como que haber tenido el espacio para llenar el corazón, dejarme llenar por él, descubrirle presente en mi vida, recibir su gracia, la oración y la misa.
A misa a veces tengo que ir por la tarde porque voy en el colegio o lo que sea, pero la oración sí me centra mucho y me da como la orientación del día, clave.
¿Qué haces para relajarte o alegrarte si estás teniendo un mal día?
Mira, hay cosas humanas que me ayudan mucho que, dependiendo del día, las puedo hacer más o menos. Me encanta hacer deporte y lo puedo hacer poco por el tiempo que implica llegar a casa, cambiarte de ropa, salir a hacer deporte, luego volver a ducharte y llegar a la siguiente actividad. Lo dejo para el fin de semana, según lo que caiga, que tengo un poco más de disponibilidad.
Un mal día normal y corriente me ayuda rezar el rosario, me ayuda contarle a alguien, contarle a la Virgen lo que me está pasando. Es repetitivo el rosario, entonces me calma, me ayuda a ponerme en contexto y mirar las cosas en perspectiva. Es una cosa muy espiritual.
A veces llamo por teléfono a una amiga o a mi hermana para hablar, desahogarme o para reírme un rato, para distraerme. Me encanta leer y también intento hacerlo por las noches, pero tampoco tengo tiempo porque llego tarde. Pero si tengo un espacio quizá chiquitito, me gusta leer y me desconecta un poquito, me ayuda a descansar.
También me ayuda encontrarme con alguien que no tiene nada que ver con el problema que traigo, por ejemplo, o la causa del mal día y como que cambiar de tema. Hablar de otras cosas, compartir, interesarme por esa persona y como que entonces se me olvida qué es lo que me hace tener un mal día. Pero sabes que no son tantos…