Regnum Christi Chile

REGNUM CHRISTI

Vicente Correa: \”Esa invitación de salir de nosotros mismos y llevar a Dios a quienes nos rodean es algo que siempre me ha atraído\”

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Vicente junto a su señora Carolina Honorato y sus hijos.

Su relación con el Regnum Christi se remonta a 1990, año en que cursaba quinto básico en el Colegio Cumbres e integró el primer grupo que se formaba en Chile en el ECYD. Hoy como laico participa en el Colegio Directivo Territorial y continúa reuniéndose semanalmente con su equipo, el mismo desde hace 25 años, con quienes ha crecido espiritualmente.  

Vicente Correa (41) está casado con Carolina Honorato quien tienen dos hijos pequeños: Vicente y María Carolina. Su historia en el Regnum Christi comenzó hace 25 años cuando formó parte del primer grupo de ECYD en Chile, con un grupo de alumnos del Cumbres, del cual era alumno, y otros del Apoquindo y Padre Hurtado al que más tarde se fueron sumando algunos del Grange. “Lo que me atrajo fue un ambiente sano, de amigos y de formación espiritual”, reflexiona.

Ha formado parte de cada una de las etapas del RC lo que le ha permitido participar en diferentes actividades en el transcurso de los años. Menciona una larga lista que va desde cursos de formación, retiros, triduos, campamentos de veranos, megamisiones (en Chile y en México), trabajos de invierno y de verano de Gente Nueva, hasta un Summer Camp en Oaklawn Academy en Wisconsin, Estados Unidos, y una estadía en Puebla, México, donde trabajó como Colaborador el año 2000. Más recientemente ha formado parte de grupos de novios y de matrimonio, sin dejar jamás de lado a su equipo con el que se reúne hasta el día de hoy semanalmente. “Hemos ido creciendo físicamente y espiritualmente juntos a lo largo de la vida”, comenta.  A su juicio lo que más lo ha marcado es poder vivir la fe con amigos y con quienes estamos todos en una etapa similar de la vida. “Cada uno de nosotros, con nuestras Virtudes y límites, nos esforzamos por vivir nuestra fe de la mejor manera. El poder crecer en comunidad, consciente que lo que a uno le pasa no es nada del otro mundo y que también le pasa al del lado; y que a la vez, uno pueda aprender del testimonio del otro, es algo muy potente”, enfatiza. 

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Con su equipo, de izquierda a derecha: Rodrigo Benítez, Juan Eduardo Vargas, Rodrigo Arrigorriaga, Vicente Correa, Gustavo Avaria y Alejandro Montt.

Eres parte del Colegio Directivo Territorial ¿cuál es tu rol como laico en esta instancia?
El trabajo de los laicos que ahí participamos, es poder aportar desde nuestra experiencia de seglar en cada una de las decisiones que se tomen, velando siempre por el Regnum Christi como un todo.

¿Cuáles crees que son los principales desafíos de los laicos al interior del Regnum Christi y también de la Iglesia?
Es un tema que va más allá del Regnum Christi. En un momento que cada una de las instituciones están desacreditas (la Iglesia una de ellas), soy un convencido que los laicos tenemos un rol determinante. Cada uno de nosotros, según las condiciones propias de vida, somos los llamados a ser un testimonio real en el mundo que nos movemos. Muchas veces tenemos una actitud casi infantil de esperar que sea la Iglesia la que se pronuncie frente a ciertos temas; o que sea el Gobierno de turno quien solucione algo en particular. Tenemos que ser nosotros quienes nos involucremos de forma directa y ser agentes de cambio en cada uno de los ambientes donde nos toca desarrollarnos.

¿Qué es lo que más valores del Regnum Christi?
Consciente de nuestra historia y que aún tenemos muchas cosas por mejorar, siempre me ha llamado la atención el sentido apostólico del RC. Esa invitación a salir de nosotros mismos y de llevar a Dios a quienes nos rodean por medio de nuestro trabajo y testimonio, es algo que siempre me ha atraído y que ha estado presente en el carisma.

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