Fueron días de oración, reflexión y formación profunda para 25 misioneros que desde el 7 al 17 de febrero dedicaron parte de sus vacaciones a llevar a Cristo cinco localidades ubicadas en la Región del Maule. El grupo de jóvenes, conformado por miembros de la sección Las Condes y alumnos de los colegios Santa Teresa de Jesús de los Andes y San Juan Diego, realizaron una serie de actividades espirituales y apostólicas en comunidades colindantes a la parroquia de Nuestra Señora de Tránsito de Molina.
María Jesús Oliva – Alumna Colegio Santa Teresa de Jesús de los Andes
“Mi experiencia en las misiones fue especial porque pude conocer gente maravillosa. Su testimonio me mostró el actuar de Dios en ellos. Además viví el amor con que nos recibieron las comunidades. La frase de las misiones de verano, “fui a misionar y salí misionado”, resume esta experiencia porque antes de viajar y durante mis primero días en el sur sentía una sequía espiritual, pero cuando comencé a misionar y escuché el testimonio de las personas, comencé a conectarme cada vez más con Cristo, y mientras me conectaba sentía el actuar de Dios directamente en mí, ese amor que nos entrega a cada uno. En lo personal pude sentir el amor de Dios en todo su esplendor y logré continuar con un camino espiritual que había comenzado en las misiones de Chiloé en el año 2019. Con lo vivido en estas misiones en Porvenir veo un cambio en mí que es mucho más notorio. Quiero continuar en este camino que no sé donde me pueda llevar en lo espiritual”.
Nelson Cordero – Profesor Colegio San Juan Diego
“Me gustaría comenzar agradeciendo a Dios por darme nuevamente la oportunidad de estar en misiones y tener la posibilidad de compartir con tan linda comunidad. La verdad es increíble el espíritu de unidad que se genera en este grupo de jóvenes con distintas realidades que conforman Juventud Misionera; poder compartir libremente nuestras experiencias de vida y el amor fraterno que se transmite en este grupo, es hermoso. Se siente la presencia de Cristo y del Espíritu Santo; además la acogida amorosa que tuve por parte de todas las familias que alcancé a visitar en Porvenir, es impagable y muy reconfortante, lo que renueva mis ganas de aportar un granito de arena a nuestra comunidad. Sé también que mi misión no termina con esos diez días de trabajo en el sur, pues espero algún día poder convertir mi vida en una misión en donde cada día pueda ser fiel reflejo del amor de Cristo”.
Jose Montero – Sección Las Condes
“Me atrevo a decir que estas misiones han sido una de las mejores que he tenido en mucho tiempo. Las personas de la zona nos recibieron con los brazos abiertos en todo momento y con una disposición increíble a la hora de hablar. También me permitieron conocer gente muy especial, los cuales se convirtieron en un pilar fundamental para mi fe y que espero sigan siéndolo por mucho tiempo. En los 6 años que llevo misionando nunca había sentido la presencia del Espíritu Santo tan fuerte como la sentí estos 10 días. Es increíble ver como actuó en cada uno de los misioneros y el cambio que provocó en ellos y sobre todo en mí. También pude experimentar el poder de la oración y la fuerza que esta tiene. Me voy muy contenta y con mucha paz ya que logré ser un instrumento Suyo. Me impresionó mucho que cuando nos entregamos a Dios y dejamos todo en sus manos todo cambia, logré tener encuentros con Él que me marcarán por el resto de mi vida y me siento completamente una regalona de Dios”.