Regnum Christi Chile

Maximiliano Fernández: “El Regnum Christi es un estilo de vida, una forma de llevar mejor el día a día”

Comenzó a participar en 2008 a través de un amigo que lo invitó a actividad propia de la sección de señores de Curicó: la comida 1+1, una actividad anual en la que cada miembro del equipo convida a una persona para que conozca el RC y tenga la experiencia de un Encuentro con Cristo. “Justo estaba buscando instancia para poder vivir mi catolicismo y enganché altiro”, comenta.

 

Maximiliano está casado hace 25 años con Marisela con quien tiene dos hijos adultos. Su día a día transcurre en el campo como administrador agrícola. “Me gustó la camaradería que se forma. Aquí estamos en contacto durante toda la semana, ya sea para ayudar, para saber del otro, para interiorizarse de lo que está ocurriendo. Ese carisma que tanto se habla en el Regnum nosotros lo vivimos de una manera curicana”, reflexiona.

¿Cómo ha influido en tu familia tu participación en el Regnum Christi?
Los niños pasan por una etapa en que se retraen y dejan algunas veces, de participar en misa, pero hay que pequeños gestos, por ejemplo, cuando viajo y veo una Iglesia me persigno, para que Dios y la Virgen me acompañen en el camino, y veo que mis niños hacen lo mismo. Son pequeñas acciones. Saben que el papá y la mamá son creyentes, lo respetan y lo viven a su manera, pero uno siempre como papás tenemos la esperanza en que en algún momento abracen de mejor manera esto, que los llene como a uno. Siempre como matrimonio hemos tratado de inculcar eso.

¿Qué te parece ese sello de los miembros del RC de ser contemplativos y evangelizadores?
Me gustan ambas características. La oración y el contacto diario con Dios es clave. Es despertarse y darle las gracias porque pudiste levantarte.

Por otra parte, evangelizar es involucrar a más gente. Me gusta que las personas sepan que participo en un movimiento católico porque a muchos les choca en estos tiempos que uno dé parte de su vida a la oración y la ayuda social o al prójimo. Hay que buscar un equilibrio entre ambos.  

¿Qué significa para ti el Regnum Christi?
Es un estilo de vida, una forma de llevar mejor el día a día. Es ser agradecido, pues desde que llegué al RC he mirado el vaso medio lleno. Siento que uno está aquí por algo, no solamente para trabajar, estudiar, tratar de ser un buen papá, sino que tenemos que lograr algún cambio en la gente que nos rodea. Para mí el Regnum Christi ha sido súper importante.

¿Cómo sé permanece en el RC sin un sacerdote que está permanentemente con ustedes ni un lugar propio para reunirse?
Hay que perseverar en la fe. Tenemos la fortuna de tener hace varios años al Padre Francisco LC, quien siempre está presente, viene una vez al mes y se reúne con nosotros.  El sacerdote que te guía es clave, pero es fundamental poder avanzar en este mundo de fe sin la presencia permanente de un Padre, ellos marcan la pauta, pero el resto del trabajo lo tiene que hacer uno. Me parece que es una manera de vivir la fe más consciente de lo que está pasando, yo no necesito que me estén controlando para poder cumplir, participar o actuar porque eso va en uno.

Para nosotros es un gran evento que venga el Padre. El día que viene si en promedio somos 12, ese día llegamos 25 porque es también una instancia de poder conversar, confesarse, analizar de otra manera el Evangelio, pero la Iglesia en sí va para que los laicos seamos más proactivos, pues nosotros tenemos que llevar esto en conjunto.

¿Cómo están organizados?
Tenemos un motivador innato, que es una máquina: Pablo Cerezuela. El RC en Curicó sin él no sé qué sería porque es perseverante, siempre está atento, mandando un saludo, recordando el Encuentro, es quien gestiona. Sin Pablo aquí nos costaría tener esa cohesión que él hace de conjunto.

Todos los días hay una persona del equipo que nos manda el Evangelio del Día, otro envía la oración de la noche, pero son tareas que hacen de manera voluntaria y espontánea.

Maximiliano explica que anualmente tienen un retiro al día, y además cada vez que pueden participan en los triduos y actividades de formación. El último al que asistió fue con señores de las localidades de Rancagua y Viña del Mar. “Me gustó mucho conocer a las personas de las otras ciudades y saber que pasa lo mismo, cada uno tiene sus características de grupo, pero bajo un mismo carisma y poder interactuar con ellas”.

Los apostolados curicanos
Durante la pandemia hicieron campaña de recolección de alimentos para comedores abiertos. Actualmente cada martes cada miembro lleva un alimento que entregan a fin de mes a alguna institución o persona que esté pasando por alguna dificultad. También hacen una campaña de carbón para el invierno: “siempre estamos tratando de hacer algo”

Un gran apostolado es el Copa Faro, que lleva más de 17 años y reúne, en un fin de semana, a más de 800 niños en una competencia en que lo que se potencia son las virtudes. “No es un evento deportivo. La copa más importante es Espíritu Faro que premia un buen comportamiento en cancha, el compañerismo al interior del equipo, que se respete a la autoridad que viene a ser el árbitro y a los adultos que hay, la puntualidad y el buen vocabulario, entre varios aspectos”, explica Maximiliano. Si bien los niños quieren ganar los partidos, lo que se incentiva durante el campeonato es obtener el Espíritu Faro. “Es la copa más grande, y bonita. Si uno va a un colegio, muchas veces la encuentras puesta en la entrada del colegio, pues es un emblema en Curicó y sus alrededores”.

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