No hay primera sin segunda se podría decir en el caso del hermano Ricardo. Durante dos años vivió en nuestro país para realizar sus prácticas apostólicas en el Colegio Cumbres. Afirma estar contento de haber vuelto. “Deseo acompañar a los jóvenes y adolescente de esta localidad para que puedan descubrir a Dios en su día a día”, afirma.
El 15 de octubre será ordenado diácono en la ciudad de Torreón, México. Conoció al Regnum Christi en el centro vocacional al que ingresó en 2008, lugar en el que le llamó la atención el ambiente y las personas “que me llevaban a encontrarme con Dios”.
¿Cómo fue su proceso de discernimiento?
Fue largo, pues no comenzó con una atracción a la legión o al sacerdocio, sino como un deseo de saber por qué Dios me había regalado la vida. En este contexto la legión llegó a mi vida y en ella fui descubriendo que era el lugar que Dios tenía pensado para mí.
¿Qué le diría a un joven que está en proceso de discernimiento vocacional?
Que busque ser muy sincero consigo mismo y con Dios, eso le dará mucha libertad. Para esto es muy importante la oración y contar con un director espiritual que le pueda acompañar.
Desde su experiencia ¿cuáles son las principales inquietudes de los jóvenes respecto a su vida espiritual?
Se me vienen a la mente tres posibles preguntas: ¿Cómo puedo tener una relación personal con Cristo si no lo veo, no lo escucho…? ¿Cómo se hace oración? ¿Cómo puedo unir mi vida de fe y mi vida social?
¿Cómo se evangeliza a los jóvenes y adolescentes de hoy?
Ayudándolos a reconocer el amor incondicional de Dios por ellos. Hay que acompañarlos a descubrir lo valiosos que son para Dios y que son un don de Él para el mundo.
