La campaña Comparte Tu Cocina une a una gran cantidad de personas entorno a un objetivo muy concreto: entregar alimentos en comunidades afectadas por la crisis sanitaria, económica y social que vive Chile. Actualmente, este proyecto solidario reúne a más de 200 cocineras que trabajan semanalmente con mucha alegría y sentido de misión para poder repartir cerca de 3 mil almuerzos en cinco zonas de Santiago. Una de sus impulsoras, Carolina Valdés, nos comenta que “este apostolado nos hace llegar al corazón de las personas y ojalá que muchos vivieran la gratitud que hemos experimentado compartiendo nuestras cocinas”.
¿Cuándo nació la idea de apoyar estas comunidades con alimentos? ¿Por qué? ¿Y quiénes están ayudando en la coordinación y entrega de los almuerzos?
“Este apostolado partió el 20 de Junio después que los sacerdotes Legionarios de Cristo mandaron un video que estaban cocinando 200 raciones para ir en apoyo de un apoderado del Colegio Cumbres que estaba ayudando en el Campamento Dignidad de la Florida. Ese fin de semana se juntaron 988 almuerzos. Este último sábado 1 de agosto se cocinaron 2.900 almuerzos y en total hemos preparado más de 15.000 raciones. Hubo una promoción, se sumaron muchas personas muy motivadas y con ganas de ayudar regalando algo bien personal de la propia cocina preparada con cariño, en sus equipos del Movimiento Regnum Christi, y también en distintos grupos particulares. ¡Y así se fueron multiplicando voluntarios de forma sorprendente! En este momento, somos aproximadamente 200 cocineras que trabajamos semanalmente con precauciones sanitarias y enviando en cada envase de comida un saludo u oración, eso a las personas que los reciben les ha llamado mucho la atención y lo agradecen muchísimo, notan una preocupación especial. En la coordinación general damos semanalmente un agradecimiento, repartimos los envases y comunicamos lo que se cocinará para el sábado siguiente (pollo con arroz y verduras, tallarines con carne, tallarines con atún…. lo importante es que tenga una proteína, un carbohidrato y alguna verdura. Por último hacemos el seguimiento de la cantidad de raciones que ofrecen para cocinar y al final de la semana pedimos que las ajusten para poder tener la cantidad lo más exacta que se pueda para poder dividir las raciones según las necesidades que nos han planteado y podemos cubrir. También contamos con la ayuda generosa de personas que donan fruta, leche y apoyo económico para comprar los envases”.
¿A qué comunidades se ayuda con esta iniciativa solidaria? ¿Qué días se reparten los almuerzos? ¿Cuántos se han repartido desde que comenzaron? ¿Y cuántas personas han colaborado con alimentos para esta idea?
“Gracias a que se han ido sumando cocineras hemos podido ir ampliando nuestra ayuda. Hoy, estamos llevando almuerzos todos los sábados a cinco lugares diferentes: el Campamento Dignidad; a las familias de los colegios Mano Amiga en Colina, Recoleta y Huechuraba; Comedor Fray Andresito que acoge a personas en situación de calle en Recoleta, la Parroquia San Pedro Nolasco en Bajos de Mena, Puente Alto; a la Villa Santa Teresa de Macul (en donde viven adultos mayores) y al Grupo Solidaridad de Macul. El acopio lo estamos haciendo en la casa de Gustavo V, los sábados en la mañana, donde se dividen y distribuyen las ayudas. Algunos de estos grupos van a retirarlas y otras se van a dejar al lugar”.
¿Cuáles crees que han sido los principales desafíos para concretar esta colaboración tan esencial para estas personas?
“Los principales desafíos han sido ir más allá de la incertidumbre que nos amenaza en todos los ámbitos y trabajar la perseverancia para que esta ayuda no se interrumpa ya que tenemos certeza de que la pandemia del hambre va a durar un buen tiempo. También con el fin de dar buen destino a la ayuda, debemos encargarnos de buscar y evaluar los lugares donde haya mayor necesidad y, por último, coordinar el traslado de las comidas”.
¿Qué es lo que más enriquece de esta experiencia que ha surgido a raíz de la crisis sanitaria que vivimos actualmente?
“Lo que más enriquece de esta experiencia es el ver la alegría y el agradecimiento de las personas que reciben los almuerzos y, por otro lado, ver la gratuidad y la generosidad de quienes los preparan, dando gracias por la oportunidad de poder aportar desde sus cocinas”.
¿Su idea es continuar entregando almuerzos tras el término de la pandemia del Covid-19?
“Quisiéramos motivar para que más personas se incorporen, ya que el salir en ayuda de la necesidad de otros en algo tan concreto y sencillo como dar de comer, nos hace tocar el corazón de las personas y ojalá que muchos vivieran la alegría que hemos experimentado compartiendo nuestras cocinas, llevando a cabo una de las obras de misericordia… porque tuve hambre y me diste de comer”.
¿Qué mensaje les darías a los miembros del Regnum Christi para que se animen a colaborar con esta iniciativa solidaria?
“El Señor en el evangelio del Domingo 2/08 nos dice: Dadles vosotros de comer”.
Contacto Carolina Valdés: + 56 9 7476 9248