Patricia Fenero es conocida dentro de las señoras por ser una gran devota de la Virgen, pues a Ella le dedica varios Rosarios al día, incluso de cariño le dicen “la rezona”. “Apenas amanezco rezo uno, y luego mientras hago las cosas de la casa sigo con mis Avemarías, así no pienso leseras”, comenta.
Patricia se casó joven, a los 18 años y fruto de ese matrimonio nacieron sus tres hijos hoy ya todos mayores, de 59, 57 y 56 años. Si bien siempre ha sido una mujer de fe, de Misa al menos los domingos, no tuvo tiempo para formarse espiritualmente hasta haberse jubilado, pues a los pocos años de casada se separó, quedando sola a cargo de sus tres niños. “Mi vida fue dura y bien trabajada”, reconoce.
Llegó a Viña del Mar arrancando de Santiago hace 9 años, pues le robaron el auto y su yerno la convenció que se trasladara cerca de ellos. Ya instalada, un día se encontró con una amiga de su hijo mayor, quien la invitó a un retiro del Regnum Christi. Aceptó de inmediato. “Se me desapareció esta joven y me desligué un tiempo”, confiesa.
Finalmente, en una misa de domingo, reconoció a una compañera de gimnasia a quien convidó a tomarse un café. Sería el paso definitivo, pues se trataba de Suzette Morales, miembro del Regnum Christi y quien en una primera instancia la convidó al Taller del Rosario una vez a la semana. Poco a poco se fue integrando hasta incorporarse de manera formal hace cinco años. “Ha sido una gran alegría encontrar paz y estar cerca de Dios”, afirma.
Desde su propia experiencia considera una bendición pertenecer a un grupo religioso, ya que “se crece como persona y en la fe”. Con entusiasmo y orgullo comenta, por teléfono, que renovó sus votos para Cristo Rey, Misa en la que se incorporaron 4 personas a la comunidad de Viña del Mar. En estos días otra buena noticia la tiene contenta, nació su primera bisnieta Begoña.