Sofía Balmaceda (17 años), alumna del Colegio Everest, viajó hasta Milán como colaboradora. “Quería fortalecer mi Fe y aprovechar la oportunidad única que se estaba presentando”, reflexiona sobre la experiencia que vivió en el pasado verano.
¿Qué aprendiste en esta experiencia?
“Aprendí que uno es capaz de llevar a Jesús consigo a dónde vaya. Salir de una Iglesia o capilla no significa que dejamos a Jesús ahí, sino que lo podemos llevar con nosotros. Entendí que Jesús nos pide que salgamos de nosotros mismos para los demás, que vivamos para ayudar y esparcir la felicidad y el amor incondicional que nos tiene.
¿Qué fue lo que más te gustó?
Lo mejor de mi verano fue la gente con que tuve la oportunidad de compartir. Tanto las consagradas, los padres, la colaboradora reino y los que estaban en Ecyd, quienes hicieron mi experiencia increíble. Me llevé demasiado aprendizaje de cada una de las personas con que estuve y también muchos nuevos amigos, aunque no habláramos el mismo idioma.
¿Cómo ha sido tu regreso?
Llegué a Chile completamente feliz y llena de ganas de contarle a todo el mundo mi experiencia. Me motivó también a involucrarme más de lo que ya estaba en Reino, Ecyd y a motivar a mis amigas.