María Inés Concha comenzó a pensar cómo unir dos de sus grandes amores: el canto y Dios. De esa reflexión nació la iniciativa de realizar una oración cantada en una capilla, frente al Santísimo, con un pequeño grupo de personas. La pandemia mundial del Covid-19, sin embargo, cambió su plan. Una amiga muy cercana le recomendó concretar su idea utilizando Instagram. El Espíritu Santo la impulsó a tomar su guitarra, a transmitir en vivo su canto y su rezo, y a ayudarnos a acercarnos más a Cristo en medio de esta crisis sanitaria. Esta es su historia.
María Inés Concha no tiene muy claro cuando comenzó a cantar. Cree que fue alrededor de los cinco años, según lo que cuenta su mamá, y empezó a tocar la guitarra cuando tenía doce años. Después del colegio, estudió pedagogía en música y cuatro años de canto lírico. Nos cuenta que la guitarra sólo la acompaña, porque no es su fuerte, y lo que más le gusta es cantar y componer canciones para Cristo que ayudan a meditar, a reflexionar, en definitiva, que lleven y acompañen a las personas en la oración. Esta laica del Regnum Christi asegura que “la música nos conduce a un mundo interior de emociones, nos inspira, llega al alma, eleva nuestra mirada a Dios. Te hace conectar con lo más íntimo, a tus sentimientos y emociones. La música nos hace también estar en paz. A veces puede ser la melodía, otras veces la letra de una canción, o ambas, que te ayudan a acercarte más a Dios”.
¿Cómo se te ocurrió la idea de realizar una oración cantada y por qué?
“Lo tenía más o menos visualizado en mi interior; una vocecita que me invitaba a hacer algo así. Pero me lo imaginaba haciéndolo en una Capilla frente al Santísimo con un pequeño grupo de personas, cantando y rezando a Dios. Un día me llamó la Meme Cerda, una amiga, para decirme que por qué no hacía una oración cantada en vivo, en Instagram. Primero me dio un poco de susto, pero lo recé y me lancé. El Espíritu Santo lo había inspirado. También ha comenzado a surgir algo muy bonito en diferentes ramas del Movimiento en varios países, sobre los carismas y dones, y aparece el “Ora y Canta”. Supe de esta iniciativa por las consagradas Tere Ossandón y luego Cristina Danel, quien me sugirió que mi Oración Cantada la compartiera en el Instagram del Regnum Christi de Chile”.
La idea ¿fue siempre transmitirla a través de Instagram o las transmisiones en vivo nacieron a partir de la crisis sanitaria que vive nuestro país?
“La idea fue transmitirlas en Instagram en vivo, como una manera de rezar, cantar, acompañar y sentirnos unidos espiritualmente a través del canto y la oración en comunidad, mientras enfrentamos esta crisis sanitaria”.
¿Qué es lo que más te enriquece en esta experiencia al servicio de Dios?
“La primera beneficiada soy yo, porque para preparar la oración cantada tengo que revisar cantos, componer, ver las lecturas del día y leer; ponerme en presencia de Dios, estar unida con Él. También agradezco a mi marido que me ayuda en la grabación, porque no manejo mucho la tecnología. Él me apoya, me motiva a seguir al igual que mis hijos. Me uno más a Dios y ayudo a otros a hacer oración y cantar”.
¿Qué esperas contribuirle a las personas que te escuchan a través de Instagram?
“Bueno, soy sólo un puente, un simple instrumento, que con la gracia de Dios puede ayudar, aunque sea con un granito de arena, a que las personas se unan durante unos momentos a hacer oración y cantar. Espero contribuirles a que se sientan acompañados, muy queridos por Dios. Que sientan y encuentren paz, serenidad, calma, alegría de que tenemos un Padre que siempre está con nosotros y que quiere lo mejor para cada uno de sus hijos”.
¿Qué mensaje les darías a los miembros del Regnum Christi en estos momentos tan difíciles para todos?
“¡Qué difícil! Les diría que aunque no comprendamos bien todo esto que estamos viviendo no dudemos de Dios, El permite todo para un bien mayor. Que aprendamos a abandonarnos en sus manos, que todos nuestros temores, incertidumbres y agobios los llevemos con Él. Es nuestra roca y tomados de sus manos será todo más fácil y llevadero. Que tengamos esperanza y aprovechemos mucho este tiempo para rezar, pedir unos por otros y por los que más sufren. Pedir por la unidad del país y sus gobernantes. Pedir especialmente por los enfermos y por quiénes los cuidan. Debemos estar abiertos a escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo y pensar cómo, con quién y dónde puedo ofrecer los dones que Dios nos ha dado al servicio de los demás”.