A fines de junio, 42 señoras del Centro Misión de Piedra Roja participaron en esta instancia de formación y reflexión. Marcela Salas, quien lleva 29 años en el Regnum Christi, fue una de ellas. “Es una gran oportunidad para renovar las promesas que hicimos al incorporarnos al RC y también nuestra vida cristiana”, afirma.
El triduo de renovación es uno de los compromisos que adquieren las personas que se incorporan formalmente al Regnum Christi como miembros asociados, y que realizan anualmente. Se trata de un retiro de dos días en silencio, de profunda oración, reflexión y meditación personal. “Es un espacio para alimentar el alma con las maravillosas y profundas meditaciones de los sacerdotes. Se trata de descubrir qué espera Dios de mi vida y así poder perseverar en este camino. Es realmente una gran ayuda para poder ordenar mi vida”, señala Marcela.
Marcela, con 6 hijos ya adultos y abuela de 15 nietos, se incorporó al Regnum Christi hace 29 años. Llegó a través de unas mamás del colegio de Las Ursulinas, quienes el año 91 la invitaron a un retiro mensual con el que quedó encantada. “Me llamó mucho la atención el ambiente alegre y acogedor, el entusiasmo de las señoras, consagradas y de los sacerdotes, quienes irradian un amor a Jesucristo, a la Iglesia y al Papa que conmueve. Al poco tiempo me di cuenta de que son fieles a la doctrina de la Iglesia, muy preparado y piadosos, lo que es muy importante para mí”, explica. Dos años después de ese retiro decidió incorporarse. “Estoy muy agradecida de Dios de haberme llamado a participar en este movimiento y de pertenecer a esta gran familia que me hace muy feliz”.
Además de los triduos, quienes participan del Regnum Christi, asisten además a retiros mensuales y ejercicios espirituales como instancias de formación.